Con las víctimas
Todos éramos susceptibles de ser asesinados por ETA
Todos éramos susceptibles de morir asesinados por ETA: guardias civiles, policías, alcaldes, militares, mecánicos, taxistas, inspectores y conductores de autobuses, obreros, abogados, profesores, niños, adolescentes, nonatos en el vientre de su madre, mujeres embarazadas, presidentes de diputaciones, concejales, periodistas, jubilados, guardias forestales, bibliotecarios, novias enamoradas, mecánicos, dueños de bares, camareros, estudiantes, marmolistas, pescadores, funcionarios, chapistas, soldadores, agentes de aduanas, estanqueros, peluqueros, ingenieros, repartidores de prensa, médicos, empleados de banca, herboristas, panaderos, vendedores, cocineros, marineros, carteros, amas de casa, esposas, hosteleros, farmacéuticos, fiscales, sindicalistas, celadores de hospitales, albañiles, magistrados, psicólogos, chóferes, guardias de tráfico, mozos de escuadra, inmigrantes, turistas…
Mis padres y mis abuelos pudieron votar por una constitución el 6 de diciembre de 1978 y ver nacer la democracia llenos de ilusión. Ese año asesinaron a 64 personas. España entró en la que se llamaba entonces Comunidad Económica Europea en 1985. Ese año asesinaron a 38 personas. El escritor Camilo José Cela ganó el Premio Nobel de Literatura en 1989. Ese año asesinaron a 18 personas. Los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Expo de Sevilla y el inicio de la red AVE tuvieron lugar en 1992. Ese año asesinaron a 26 personas, y el anterior se habían encargado de asesinar a 46… No querían parar…
Buscaban el daño máximo. Descomponer nuestra sociedad con dolor y miedo. Eran un grupo de fanáticos con una ideología supremacista que justificaba todo tipo de crímenes: asesinato, secuestro o extorsión. Todos fuimos susceptibles de morir tiroteados, en una explosión de bomba lapa, por coche bomba, por paquete bomba, por un tiro en la sien, ametrallados por la espalda, por tiro de fusil en la distancia, por explosión de granada… por secuestro y juicio sumarísimo con un tiro en la nuca… por pensar diferente a ellos, por pasar por allí, por ser españoles, por estar vivos, por soñar... por existir…
El amor y el respeto al prójimo es la única patria que merece la pena. Nunca olvidaremos a los asesinados, a los heridos y mutilados, a los secuestrados, a los extorsionados, a los familiares y amigos que siempre sufrirán el dolor de la ausencia y el recuerdo de lo vivido. No vamos a olvidar a las víctimas ni las secuelas que ha dejado en la historia de España este largo episodio sanguinario de décadas de Estupidez Tan Absurda.
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