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MIRADOR
Columna
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Noether

El genio matemático se llamaba Emmy y, sí, era una mujer. Hoy habría hecho huelga

Javier Sampedro
Emmy Noether en 1930.
Emmy Noether en 1930.

¿Sabes quién fue el genio matemático creativo más importante del siglo XX? Ya has visto su apellido en el titular. Para saber quién es, sin embargo, vas a tener que leer el resto de esta columna.

Una maceta colgada de tu balcón del quinto piso no parece tener energía, pero si rompes el aro que la sujeta lo más probable es que mates al desafortunado transeúnte que la reciba en todo lo alto de la cabeza. Cuando estaba colgada del aro, la maceta tenía energía potencial, la energía que le otorga su altura. Si vivieras en el primer piso, el (no tan) desafortunado transeúnte habría sobrevivido con un par de puntos de sutura. En todo caso, mientras la maceta cae va perdiendo altura, y por tanto energía potencial. Pero a cambio va ganando energía cinética, la energía que te otorga la velocidad, y es esta, no la potencial, la que va a acabar dándole al tipo en toda la cresta. Mientras la maceta cae, la energía potencial se va convirtiendo en cinética, pero la energía total se conserva. Esta percepción de Galileo y Newton es el germen de uno de los principios más fructíferos de la física actual: la conservación de la energía.

Pero aquello no fue un principio sólido ni en tiempos de Galileo y Newton ni en los tres siglos posteriores. Por ejemplo, cuando se descubrió la fuerza electromagnética hubo que cocinar una energía electromagnética para sumarla al cuadro de la maceta y que la energía total siguiera conservándose. Y todavía quedaban dos fuerzas elementales más por descubrirse. Más que un principio, la conservación de la energía parecía una verdad autocumplida, un artilugio construido a base de ajustes chaqueteros.

Hasta que apareció Noether en 1918, cuando tenía 36 años. Este genio irrepetible descubrió que la conservación de la energía era una mera consecuencia matemática de la llamada simetría temporal: el hecho de que las leyes físicas sean las mismas ahora que en el pasado y en el futuro.

Noether se llamaba Emmy y, sí, era una mujer. Hoy habría hecho huelga. Los grandes matemáticos de la generación anterior (Hilbert, Klein Minkowski) removieron Gotinga con Santiago para contratarla, pero la ardorosa oposición del profesorado logró que solo pudiera rodar por allí como profesora invitada sin sueldo.

Cuando murió en 1935, Einstein dijo: “Noether ha sido el genio matemático creativo más importante desde que empezó la educación universitaria de las mujeres”. Si las dejamos, veremos una explosión de noethers a medio plazo. Pero “medio plazo” es más que una legislatura, amigo.

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