El compromiso feminista de Emma Watson
La actriz británica acaba de donar un millón de libras a un fondo contra el acoso sexual, pero este no ha sido su único proyecto para dar visibilidad a las mujeres
“Cuando tenía ocho años, me llamaron ‘mandona’ por querer dirigir las obras de teatro que hacíamos en el colegio para nuestros padres. Pero a los chicos no se les denominaba así”. Este fue el primer encontronazo de Emma Watson (París, 1990) con los estereotipos de género. A muy temprana edad la intérprete se percató de que solo por ser mujer y querer tomar el mando sería tratada de diferente manera que sus compañeros hombres. Lo que aún no sabía aquella joven aspirante a actriz era que esa brecha no terminaba ahí. En el futuro también cobraría menos que sus compañeros varones por el mismo trabajo, sus opiniones no serían tomadas tan en serio, su cuerpo sería sexualizado por los medios de comunicación, y un largo etcétera con el que tendría que convivir o, contra el que debería de luchar para alcanzar un mundo más igualitario. Y por ello se unió a la lucha.
Si Harry Potter le dio la fama mundial como actriz, su discurso ante la ONU en septiembre de 2014, como embajadora de buena voluntad de la ONU Mujeres, la catapultó como icono feminista. Fue en ese momento en el que Watson presentó al mundo una de sus iniciativas feministas el #HeforShe. Este ambicioso proyecto pretende por una parte involucrar a los hombres en la lucha por la igualdad de género y por otra romper con los estereotipos sociales asociados a hombres y mujeres. “No se habla mucho de que el hombre esté aprisionado en estereotipos de género. Pero puedo ver que también lo están. Y cuando se liberen las cosas también cambiarán para las mujeres”, decía Watson en su alegato ante la ONU antes de explicar las consecuencias de este cambio en los patrones sociales. “Si los hombres no tuvieran que ser agresivos para ser aceptados, las mujeres no tendrían que ser sumisas”.
A lo largo de los años la actriz ha utilizado su posición para dar visibilidad al discurso de igualdad de género y para hacer una brillante labor pedagógica, explicando que el feminismo no es un arma con la que atacar a los hombres, sino que es una ideología que defiende que las mujeres tienen los mismos derechos que sus compañeros. En sus discursos Watson habla de ver a ambos géneros como “partes de un mismo espectro y no como dos ideas opuestas” para “dejar de definirnos por lo que no somos y empezar a definirnos por lo que somos como personas para poder finalmente ser libres.
Pero de la mano de la promoción del discurso feminista llegaron las críticas tanto de hombres como de mujeres hacia su persona y su supuesta incongruencia. En marzo de 2017 la revista Vanity Fair USA publicaba un reportaje con la actriz con motivo del estreno de su nuevo trabajo La bella y la Bestia. Para la ocasión Watson posó sin camiseta para el fotógrafo Tim Walker. A pesar de que las fotos no eran explícitas sí que dejaban entrever sus formas, en concreto las de sus senos. La polémica estaba servida. Miles de personas la acusaron de incoherencia por defender los derechos de la mujer, mientras que se dejaba fotografiar de esa manera. Ante las críticas Watson respondió de manera muy contundente en una entrevista con la BBC: “El feminismo trata sobre dar a las mujeres la capacidad de elegir. El feminismo no es un palo con el que golpear a las mujeres. Es sobre libertad, equidad… Y realmente no entiendo qué tienen que ver mis tetas en todo esto”.
Ciertamente el discurso liberador de Watson daba de lleno con ese público que sexualiza el cuerpo de la mujer sin permitirle disfrutar de él y mostrarlo. De nuevo los estándares de una sociedad machista y patriarcal golpeaban a la actriz para intentar impedirle difundir su mensaje: Con el feminismo la mujer ha de ser tan libre como el hombre. O lo que es lo mismo, la mujer ha de poder posar sin camiseta igual que lo hacen los hombres sin ser juzgada por ello, sin ser sexualizada, y sin que ello menoscabe su discurso en pro de la igualdad.
A pesar de las críticas Watson no se achantó ante sus haters y continuó con su labor filantrópica dentro y fuera de las pantallas. Para ella el feminismo ha de vivirse y verse en todos los planos su vida. Cuando se centró en su nuevo trabajo en el remake de La Bella y la Bestia la actriz luchó por que su personaje no llevara tacones, porque no vistiera corsé y por darle un enfoque más feminista al clásico Disney.
La última de sus batallas se centra en intentar eliminar el acoso sexual en la industria del cine en Inglaterra. Para ello Watson junto con dos centenares de actrices han creado el Justice & Equality Found (Fondo para la justicia y la igualdad), un fondo destinado a establecer una red de asesoría, apoyo y proyectos para perseguir los abusos en todos los sectores profesionales, similar al estadounidense Time’s Up (se acabó el tiempo).
Esta nueva iniciativa, a la que Watson ha donado un millón de libras (1,3 millones de euros) se lanzó el pasado sábado coincidiendo con los Premios Bafta. Para anunciar este nuevo proyecto el diario The Observer ha publicado una carta explicando los motivos de las actrices para unirse y en la que se anima a generar un movimiento internacional para acabar con la cultura de abuso.
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