Querida diosa, concédeme un sobresaliente
UNA LUZ tenue ilumina a un grupo de monjes budistas novicios mientras rezan. Están en un templo de Katmandú, en Nepal, dedicado a Sarasvati, la diosa hindú del conocimiento, la música, el arte y la sabiduría. Sus devotos se encomiendan a ella bajo la creencia de que Sarasvati les ayudará a sobresalir en los estudios. El momento en que entonan sus plegarias con mayor énfasis tiene lugar durante la festividad de Shreepanchami, que se celebra entre los meses de enero y febrero. Los ruegos de estos fieles tendrán que esperar a que llegue la hora de los exámenes. Quizás entonces descubran, como tantos seguidores de otras creencias, que su veneración no es suficiente para conseguir un aprobado.
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