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Columna
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No es país para viejos... políticos

Tratar de pensar en las pensiones en clave del siglo XX es, no ya ridículo, sino suicida

Teodoro León Gross
Un jubilado en un banco del parque de la Ciudadela en Barcelona.
Un jubilado en un banco del parque de la Ciudadela en Barcelona.Marco Ambrosini

No hace falta tirar mucho de fantasía tecnológica en plan Black Mirror para imaginar esta escena: un robot, en una dependencia de la Seguridad Social, informa a un jubilado de la pensión ridícula que le queda, mientras éste se echa a llorar. El futuro, ya se sabe, nunca es lo que era. En definitiva, la mitad de los trabajos actuales se estima que van a desaparecer por la robotización: toda tarea repetitiva que pueda hacer un algoritmo, la hará un algoritmo. Tratar de pensar en las pensiones en clave de siglo XX es no ya ridículo, sino suicida.

Entretanto, ahí va otra escena delirante, en este caso no de ficción: Celia Villalobos, presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo, culpa a los futuros pensionistas si no invierten en planes privados. Lo asombroso no es que ella diga algo así, sino que pueda ser presidenta de la Comisión del Pacto de Toledo. Sus ideas no sorprenden —nadie la ha difamado nunca hasta el punto de acusarle de tener ideas propias— pero retrata el nivel con el que se trabaja en las pensiones del futuro. Eso sí, tras este show, Fátima Báñez apareció para tranquilizar a los pensionistas con el globo sonda de los nuevos cálculos, no se vaya a alterar el nicho electoral más mimado del Gobierno.

El PP y el PSOE miran obsesivamente a ese tramo de edad, donde sobrevive el bipartidismo. Ahí tienen sus grandes caladeros. Hacia la mitad del voto del PP, sobre el 40%, procede de esta franja. Y para el PSOE, por sintetizar, supone un granero de mayor tamaño que Andalucía. La tendencia a convertirse en partidos de nicho es un factor más en la pérdida de liderazgo de los dos grandes, y sobre todo en su pérdida de identidad, cada día más acentuada en el PP y sobre todo en el PSOE. No porque lo diga FAES va a ser menos cierto.

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Rajoy —léase Arriola— ya entendió que la última campaña debía incluir publirreportajes jugando al mus con jubilados o en un campo de alcachofas. Los datos de pensiones, globos sonda aparte, son vendidos con todo el tachitachán de su maquinaria mediática. El 0,25% no es para tirar cohetes, pero suman cinco años consecutivos…. mientras otros segmentos siguen congelados o recortados.

Sánchez, sin recursos tras el noesno, ha emprendido su Grand Tour con las pensiones en primera línea. Ante la imagen de cientos de pensionistas ensayando su Rodea el Congreso al grito de “más pensiones, menos ladrones”, les jalea a salir en manifestación y él con ellos. Sólo le falta gritar ¡a las barricadas! Por lo demás, celiavillalobeando, sólo mostró una idea mal preparada de impuesto a la banca.

PP y PSOE miman a los últimos pensionistas fieles, pero ¿y los futuros? El alejamiento de PP/PSOE de la gente joven y de la realidad es realmente asombroso. Los dos grandes turnistas desde la Transición, cada vez más desdibujados, parecen haber renunciado a tener respuestas para esa generación, como retrata Politikon en El muro invisible, empobrecida, con empleos de baja calidad, cuyas desigualdades severas, a diferencia de los mayores, no son corregidas con transferencias sociales. Sí, se le puede llamar suicidio.

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Sobre la firma

Teodoro León Gross
Málaga, 1966. Columnista en El País desde 2017, también Joly, antes El Mundo y Vocento; comentarista en Cadena SER; director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA), licenciado en Filología, doctor en Periodismo. Libros como El artículo de opinión o El periodismo débil... Investigador en el sistema de medios.

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