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Cómo gestionar el tiempo si tienes un hijo con discapacidad

13 estrategias que te ayudan a planificar y organizar las tareas

Getty Images

Gestionar el tiempo de una familia puede resultar algo complicado, más si uno de los hijos tiene necesidades especiales. En este caso, se multiplican las tareas que necesitan nuestra atención como padres: visitas médicas, citas con otros profesionales o terapias, registros específicos… (además de todas las demás)

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Para no morir en el intento, estas son algunas estrategias que pueden ayudar:

1. Planifica tu tiempo (todo tu tiempo)

Algunas personas tienen el hábito de gestionar las tareas relacionadas con el trabajo: anotan en su agenda todas sus citas, planifican el tiempo que les va a llevar un proyecto, destacan las fechas de presentación…es una buena manera de ser efectivos.

Sin embargo, no hay tanta costumbre de ser igual de rigurosos con todos los asuntos relacionados con la vida familiar: menús, listas de la compra, reparaciones, gastos familiares, citas…

Para evitar ser muy organizados en una parte y que la otra se descontrole, es aconsejable seguir la misma rutina en todos los ámbitos de la vida.

Se dice que para mantener cierto nivel de bienestar, deberíamos mantener el equilibrio entre tres grandes áreas:

- la personal: nuestras aficiones, tiempo para el descanso, para cuidarnos…

- la familiar y social: las responsabilidades como madre/padre, nuestras relaciones sociales con amigos y familiares,

- el trabajo

Para conseguirlo, una de las estrategias es “programar” las tareas y actividades en cada una de estas áreas, de manera que reservemos tiempo para todas ellas. Aunque parezca difícil, esta es la única manera, porque si solo programamos una (el trabajo, por ejemplo) nunca habrá espacio para el resto. Así que se trata de programar el tiempo para todo, aunque habrá días o semanas en las que inevitablemente un área ocupe más espacio que otra.

2. Prioriza

Una de las primeras ideas que tienes que desterrar es la de creer que vas a llegar a todo al 100%: al trabajo, a la pareja, a los niños, a tus amigos…hacer a todo eso a la perfección es un sueño inalcanzable (y uno de los mayores problemas que tenemos hoy en día con nosotros mismos).

Así que relájate y respira: tus días solo tienen 24 horas y tu energía es limitada. Si además tienes un hijo con discapacidad, la lista de cosas por hacer se alarga.

Tómate un tiempo para pensar ¿qué es realmente importante para ti? ¿a que crees que debes destinar tu tiempo? Si puedes, escríbelo en alguna parte para recuperarlo cuando sea necesario (lo necesitarás cuando te desvíes de tus objetivos).

Porque en la vida cotidiana, nos dejamos llevar por las cosas que parecen urgentes y nos olvidamos de las que son importantes (para nosotros), esto ocurre con mucha frecuencia. Así, nos decimos que nos merecemos un descanso por la noche, pero antes, corremos para dejarlo todo recogido en casa y claro, cuando llegamos al sofá estamos agotados.

Y sí, quizás tengas que dejar de hacer algo para dedicar más tiempo a lo que realmente te importa, pero no te preocupes, una vez hayas tomado la decisión te sentirás más feliz.

3. Un solo registro para todo

Para unas personas una agenda (de papel) les puede resultar muy útil, para otras, serán las aplicaciones para móvil (ya existen multitud). Lo importante es tener en un solo lugar todo, no llevar distintas agendas para distintos temas: el trabajo y la familiar o de médicos, por ejemplo.

También puede resultar muy útil tener a la vista de todos la agenda “familiar”: con la distribución de tareas, citas, actividades…de esta manera, todos los miembros de la familia estarán al día y evitaremos que recaiga todo sobre una sola persona.

Un calendario semanal colgado en la nevera puede ser una gran idea.

También podéis usar colores para diferenciar temas: verde para las citas médicas, por ejemplo, naranja para los temas de mamá (salir con las amigas el viernes por la noche), azul para los niños (la hora a la que lo tenemos que recoger en casa de un amigo).

Para niños con ciertas discapacidades, puede resultar muy útil añadir en el calendario pictogramas.

4. Revisad juntos la agenda semanal

Dedicar un tiempo (el domingo por la tarde, por ejemplo) a anotar todas las tareas pendientes para la semana siguiente debería ser una actividad compartida con la pareja y con los niños a medida que crecen. De esta manera, todos los miembros de la familia pueden anotar las cosas que les afectan y son importantes: compromisos profesionales, citas en la escuela, salidas con amigos, visitas médicas…

Se trata de anotar y distribuir funciones: quien va a acudir a la cita médica, por ejemplo, o llevará el coche al taller, o bajará la basura esta semana.

Si a lo largo de la semana alguien añade algo en el calendario debería avisar al resto de los miembros de la familia.

5. Planificad las tareas de la casa

Al igual que el trabajo, el hogar tiene muchas tareas que necesitan atención: platos, ropa, preparación de comidas, pasar la aspiradora, etc. Es importante priorizarlas y encajarlas de manera realista, siendo conscientes del tiempo del que disponemos.

Puede resultar útil distribuir en tres categorías lo que consideremos que es imprescindible: las que haremos de manera diaria, semanal o mensual.

Una vez organizadas las tareas de esta manera podemos distribuirlas entre los miembros de la familia: ¿quién se ocupa de esta? La recomendación es implicar, en la medida que sea posible al niño con discapacidad también, aunque solo sea darle al botón del lavaplatos.

Planificar el menú de la semana también ahorra mucho tiempo, incluso es de gran utilidad para hacer la lista de la compra y ahorrar dinero y tiempo.

6. No tienes que hacerlo todo tú

Cuando una sola persona tiene toda la responsabilidad de gestionar todo lo que ocurre en casa (intendencia, niños, médicos…) se corre el peligro de que se sienta sola, desbordada y agotada, porque son muchas cosas.

En algunos casos, se llega a esta situación porque uno de los miembros de la pareja asume el papel de “ir a trabajar” y por tanto, pagar las facturas y la otra persona se ocupa de todo lo demás. Esto, puede ser un peligro, porque lo que hay en el otro lado es mucho.

Atender a los hijos, sobre todo si uno de ellos tiene necesidades especiales, es cosa de dos. Así que es aconsejable compartir estas funciones.

Implicar a todos los miembros de la familia es un aprendizaje interesante para todos.

7. Pide ayuda y acéptala cuando te la ofrezcan

Hay ocasiones en las que no se llega a todo: bien porque te puedes sentir muy cansado/a, bien porque son muchas cosas. Es el momento de pedir ayuda.

Pedir ayuda no es sinónimo de debilidad, todo lo contrario, es perfectamente humano no llegar a todo o sentirse sin energía.

La próxima vez que te sientas así, simplemente prueba pedir que alguien te eche una mano con algo: que te traigan la compra a casa, que recojan a los niños en el cole…verás como no pasa nada y el mundo sigue girando aunque tú te pares un rato o no hagas algo.

8. Delega

Pero sobre todo, ten muy presente que la persona en la que delegues no tiene porqué hacer las cosas como tú las haces. Probablemente, las haga a su manera, acéptalo. O plantéate qué es más importante: descargarte tú de alguna responsabilidad o bien que todo se haga como tú quieres.

Muchas veces desestimamos una ayuda porque sabemos que luego, no nos va a satisfacer el resultado: “yo lo hago más rápido y mejor” pensamos.

9. No te olvides de reservar un tiempo para ti

Tener tiempo para uno mismo es condición esencial para reunir la energía que se necesita para educar un niño con necesidades especiales.

Bloquea en tu agenda algunos ratos para hacer algo que te relaje, que te guste…algo para ti: ir a darte un masaje, tomarte un baño relajante, leer, hacer ejercicio, bailar…

Tú eres tan importante como el resto de miembros de tu familia.

10.También un tiempo para tu pareja y amigos

Reservar tiempo para estar con tu pareja también es importante: tenéis mucho de lo que hablar, sobre todo si estáis angustiados por vuestro hijo con discapacidad. Hay muchas cosas que coordinar, compartir y planificar, y para ello, necesitáis un tiempo tranquilo.

Divertiros juntos, compartir una buena cena o salir con amigos también son muy buena opción.

11.Organízate

Mantén ordenados todos los asuntos, especialmente los que tienen que ver con tu hijo con necesidades especiales: informes médicos, trámites relacionados con las ayudas o prestaciones…

Ordénalos por temas y guárdalos cronológicamente en una caja o carpeta clasificadora. Si no puedes almacenar tantos papeles, es muy útil escanearlos y guardarlos en tu ordenador.

12. Haz listas y fuera…

Si te asusta la perspectiva de que se te olvide algo importante, haz una lista de “cosas pendientes” y semanalmente las vas ubicando en el calendario.

A medida que las vayas resolviendo táchalo de tu lista. Eso sí, cuando lo pongas en tu lista, sácalo de tu mente.

En el caso de tener un hijo con discapacidad, también es muy útil tener una lista de trámites abiertos: de ayudas o prestaciones que estamos pendientes de recibir una resolución para que no se nos olvide (a veces, pasa tanto tiempo que no recordamos si tramitamos algo o no).

Cuando pases estas tareas a tu agenda semanal sé realista: no pases más de 3 o 4 cosas por semana.

13.Simplifica tu vida

Póntelo tan fácil como te sea posible, de manera que ciertos asuntos no te tomen más tiempo de lo necesario. Vivimos en la era de las nuevas tecnologías y hay muchos trámites que puedes hacer desde casa: pedir citas, tramitar ayudas, hacer la compra y que te la traigan a casa…mantente al día y aprovéchate.

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