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De la niña con el corazón de un mandril a la hazaña médica de Carla

Un hospital de Madrid realiza el primer trasplante cardiaco infantil en España con incompatibilidad de grupo sanguíneo

La niña 'Baby Fae' recibió en 1984 el corazón de un mandril.Vídeo: LLU
Manuel Ansede

Para entender la historia de Carla hay que conocer primero la de Stephanie. Ambas niñas nacieron con la misma malformación, un síndrome que impide que el lado izquierdo del corazón pueda bombear la sangre oxigenada al resto del cuerpo. Stephanie, más conocida como Baby Fae, nació el 14 de octubre de 1984 en EE UU. Con apenas 12 días de vida, su médico, Leonard Bailey, tomó una decisión desesperada: trasplantarle el corazón de un mandril, un mono de unos 50 kilogramos típico de las selvas del África tropical.

A las 11.35 del 26 de octubre, el corazón de aquel mono, implantado en el pecho de la niña, comenzó a latir. Todo el equipo médico se puso a llorar de alegría. Pero fue un espejismo. En seguida, el cuerpo de la niña rechazó el órgano. Y, a los 21 días de la operación, la víscera de mandril se paró. Baby Fae pasó a la historia como un icono de la batalla médica para salvar la vida a niños con malformaciones letales.

La niña 'Baby Fae' vivió tres semanas en 1984 con el corazón de un mono implantado en el pecho

Ahora sí se entenderá mejor el éxito de Carla. Tiene cinco meses y su familia es de Extremadura. Cuando todavía estaba en el útero de su madre, los médicos detectaron en su corazón el síndrome de hipoplasia del ventrículo izquierdo. Se las llevaron a Madrid, al Hospital Gregorio Marañón, el centro nacional de referencia para estas malformaciones congénitas. Y el nombre de Carla se añadió a una lista de la que hay un 60% de posibilidades de salir con vida: la lista de espera para recibir un corazón infantil. Las condiciones eran dos: que el nuevo órgano fuera pequeño, para caber en su pecho, y que el donante fuera de su mismo grupo sanguíneo, para evitar el rechazo.

Lo que es una buena noticia para todo el mundo era un mal augurio para Carla: apenas mueren niños pequeños en España, así que solo hay “uno, dos o tres donantes al año”, según Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes. “Se nos mueren niños en la lista de espera. Es una situación angustiosa”, lamenta.

Al igual que los cirujanos de Baby Fae tuvieron que recurrir a un corazón de mono ante la falta de recambios humanos, los médicos de Carla se vieron obligados a tomar una decisión audaz: optar por un corazón de un donante con un grupo sanguíneo distinto. La operación, descrita en 2001 por la cirujana canadiense Lori Jeanne West, nunca se había intentado en España.

Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil.
Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil.Hospital Gregorio Marañón

El 9 de enero, los padres de un niño recién fallecido en otro hospital, en un momento de insoportable dolor, decidieron donar su corazón. Y se activó el operativo. Carla entró al quirófano del Gregorio Marañón. El equipo médico mantuvo a la bebé con vida gracias a un circuito de circulación extracorpórea, que regaba de sangre todo su cuerpo, sorteando el corazón. Los enfermeros perfusionistas depuraban de anticuerpos la sangre de la niña para evitar el rechazo del órgano ajeno. “La clave es el tiempo. Trabajamos contra el reloj. Por debajo de las cuatro horas, el éxito está casi garantizado. Por debajo de las seis horas, es factible”, ha explicado esta mañana en una rueda de prensa Juan Miguel Gil Jaurena, jefe del equipo de Cirugía Cardiaca Infantil del hospital.

“Hay un momento de magia, cuando un corazón que ha estado parado cuatro o seis horas vuelve a latir”, afirma el cirujano Gil Jaurena

La operación duró menos de cuatro horas. Exactamente, 230 minutos. “Hay un momento de magia, cuando un corazón que ha estado parado cuatro o seis horas vuelve a latir”, ha declarado Gil Jaurena. Hoy, Carla se encuentra bien y evoluciona favorablemente en la UCI Pediátrica del Gregorio Marañón, según ha detallado, “emocionada”, Manuela Camino, jefa de la Unidad de Trasplante Cardiaco Infantil. Según sus cálculos, desde 2001 se han llevado a cabo unas 300 operaciones de este tipo en Canadá, Estados Unidos, Australia, Reino Unido y Alemania. A partir de ahora, también serán una opción en España.

Entre 2011 y 2014, la Organización Nacional de Trasplantes tuvo que ofrecer a otros países 15 corazones infantiles, que no podían ser implantados en España por ausencia de compatibilidad sanguínea. La directora de la entidad espera que el nuevo procedimiento aumente un 50% el número de trasplantes de corazón en niños menores de un año, cuya inmadurez inmunitaria facilita la operación. Para los bebés en la lista de espera, la probabilidad de recibir un trasplante ya no será del 60%, sino del 90%.

La doctora Camino ha recordado que el 50% de los bebés que reciben un corazón ajeno viven más allá de los 18 años. El 8 de octubre de 1984, días antes del trasplante del corazón de mandril a Baby Fae, otra niña estadounidense, Elizabeth Craze, tuvo la suerte de contar con una donante humana, víctima de un accidente de tráfico. Fue uno de los primeros trasplantes de corazón infantil con éxito. Un cuarto de siglo después, el Hospital de Stanford, donde tuvo lugar la cirugía, celebró el aniversario de la operación con una fotografía de Elizabeth sonriente. La niña ya era una mujer saludable de 27 años que trabajaba para Facebook.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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