_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nostalgia de Obama

Lo peor es el lugar donde Trump ha puesto el listón de la autoridad presidencial

Lluís Bassets
La familia Obama camina junto a una multitud por el puente Edmund Pettus, para conmemorar el 50 aniversario de las marchas del movimiento de derechos civiles, el 7 de marzo de 2015.
La familia Obama camina junto a una multitud por el puente Edmund Pettus, para conmemorar el 50 aniversario de las marchas del movimiento de derechos civiles, el 7 de marzo de 2015.Lawrence Jackson (The White House)

La entrevista del príncipe Harry de Inglaterra a Barack Obama, retransmitida ayer por la BBC, estimula a la nostalgia. Un año de Trump es más que suficiente. El león era mucho más fiero de lo que lo pintaban. Nada bueno ha aprendido el magnate en este tiempo. Los controles y equilibrios del Estado de derecho han funcionado, pero casi siempre se han quedado cortos. Finalmente, es peor incluso de lo que parece, y será difícil echarle, por más que el fiscal especial Robert Mueller, que lleva el caso de la colusión con el espionaje ruso, esté trabajando bien y con discreción.

Más información
¿Feliz Navidad o felices fiestas? Trump abre el debate
El Gobierno de Trump favorece a las grandes empresas petroleras

Parte de las medidas más escandalosas no han tenido todavía efectos, como el muro con México, pero todas terminarán teniéndolos. Y no son pocas, especialmente la retirada o denuncia de pactos e instituciones internacionales, como el Tratado Transpacífico, el acuerdo del clima de París, el nuclear con Irán, la apertura a Cuba, el estatus de Jerusalén o la participación en la Unesco.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Sin contar las que ya lo han tenido, como las expulsiones de extranjeros, y las prohibiciones de viaje a EE UU a ciudadanos de siete países musulmanes. Entre las que van a dejar huella se hallan también los recortes fiscales destinados a favorecer a los más ricos y a desarmar buena parte de los programas sociales de Obama, especialmente la reforma sanitaria, que contribuirá al déficit público con 1,3 billones de dólares en los próximos diez años.

Pero ninguna medida dejará una impronta tan profunda como los nombramientos de jueces conservadores, desde el Supremo hasta tribunales de rango inferior. El 90% de los designados son blancos, el 80% hombres y entre ellos hay incluso algún juez caracterizado por su proximidad al supremacismo blanco del Ku Klux Klan. La velocidad con que se han cubierto las vacantes judiciales contrasta con la lentitud con que está todavía ahora llenando vacantes en la Administración y especialmente en el departamento de Estado, que Trump desprecia y detesta.

Lo peor no son las decisiones inspiradas en el programa republicano más genuino, especialmente en fiscalidad y desregulación, que habría aplicado cualquier otro candidato de las primarias. Ni siquiera las vinculadas al extremismo disruptivo de la derecha alternativa o alt right de Steve Bannon, aunque en este caso erosionan las instituciones de Washington y el edificio de las relaciones internacionales construido por EE UU en los últimos 70 años. Lo peor es la cuestión que Obama suscita por contraste y es su desastrosa ejemplaridad.

Un presidente como este es un pésimo modelo, en su forma de comunicarse, en su estilo arrogante y amenazador, en su gestión caótica, en su ignorancia devastadora o en su desprecio a las mujeres. Sin capacidad ni voluntad de reflexión, sin sentido de la responsabilidad ni visión sobre las consecuencias a largo plazo de sus decisiones. Obama no habla nunca de Trump, pero Trump no puede dejar de atacar su legado y seguir difamándole. El legado de Obama es insoportable para Trump y por eso no quiere dejar tras de sí ni sus cenizas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_