“Prefiero que me incineren a que me sepulten, y ambas cosas a un viaje con mi mujer", dice el actor y director de cine Woody Allen en una de sus películas. Es cierto que el roce crea cariño, pero también gasta. Y pocas cosas ponen tanto a prueba la solidez de una relación como un viaje. En los viajes toca compartir a pachas risas y maravillas, pero también cama, ducha, decisiones, váter, transporte, comida, gastos, gustos y manías a tiempo completo. Es decir, que hay que estar a las duras y a las maduras. Y la cosa se complica en los viajes en pareja: tu amorcito, ese Ser Perfecto, puede convertirse de la noche a la mañana en una petarda insufrible o en un gañán sin modales al que a veces te gustaría lanzar de cabeza por el cañón del Colca o las cataratas de Iguazú. Sentarse a conversar con un pequeño guion de temas puede prevenir muchos problemas.
Expectativas y motivos
Para no acabar partiendo peras, las negociaciones deben comenzar durante los preparativos: un tira y afloja sobre el destino, el presupuesto, tipo de alojamiento o las actividades. ¿Queremos callejear o ver museos? ¿Buscamos aventura, relax, marcha? Saber cuándo hay que ceder forma parte de la sabiduría viajera. Y la toma de decisiones, siempre en conjunto.
Alojamiento
¿Restaurante o bocata? ¿Hoteles de cinco estrellas o lo que surja? Vale, todo es muy bonito; los LED de colorines crean una atmósfera muy romántica; la cama parece flotar en el aire, pero ¿a quién se le ocurrió meter el váter en medio de la habitación?
Ñeñeñeñeñé
Obsesionarse con que todo sea perfecto puede producir graves trastornos de personalidad. Vale, el hotel no tiene las vistas al mar que tú esperabas, pero deja ya de rumiar tu malhumor a todas horas y disfruta del viaje. No seas tiquismiquis. Quejas las justas, y justificadas. Pocas cosas queman tanto como oír refunfuñar constantemente por todo.
Dinero
El dinero no puede comprar vuestro amor, pero puede acabar con él si no os ponéis de acuerdo sobre los gastos del viaje: ¿De qué presupuesto hablamos? ¿Qué gastos se pagarán con un fondo común y cuáles se consideran extras? Sí, esas cervecitas…
Malos hábitos
Fumar, beber, cantar en la ducha... ¿Hábitos tolerables o torturas? No esperes a dar la vuelta al mundo para descubrirlo. Por cierto, ¿le has confesado ya que roncas?
Puntualidad
Un tema a debatir con antelación. Resulta frustrante viajar con alguien que llega siempre tarde. También puede ser útil establecer unos horarios para usar el baño o las horas de sueño.
Resumiendo: el objetivo principal de un viaje es divertirse, no reafirmarse, y la regla de oro, evitar el enfrentamiento directo. Para que todo marche bien, hay que repartir papeles y responsabilidades, desde administrar el fondo común hasta buscar un lugar para salir de marcha.
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