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Se buscan ejecutivos que quieran volver al colegio

Ante la falta de profesores Holanda necesita que otros profesionales impartan clases

Isabel Ferrer
The Steve Jobs schools de Holanda.
The Steve Jobs schools de Holanda. MICHAEL KOOREN / REUTERS

La vuelta al cole tiene un sentido especial a ciertas edades. Todavía más si el que regresa a las aulas ha trabajado antes en la banca, o bien en multinacionales como Shell. En Holanda, a la falta endémica de profesores de secundaria se suma ahora una oleada de jubilaciones, y el Gobierno calcula que habrá unas 9.300 plazas vacantes para 2025. Cubrirlas a tiempo es un reto, y la Asociación de Universidades, y las escuelas mismas, han ideado un curso acelerado de magisterio para los empleados con estudios superiores que perdieron el trabajo en una regulación de empleo. También para los que han optado por un retiro anticipado. Les brindan el regreso a clase, esta vez como profesores.

Los gastos del reciclaje educativo corren a cargo del Gobierno, las propias compañías y las Universidades. Según los portavoces de estas últimas, pretenden “agilizar así el paso de un lugar a otro y hacerlo más atractivo”. Las firmas, de su lado, deben comprometerse a apoyar a su vez a los trabajadores veteranos que deseen marchar sin que medien despidos. Según los promotores de la idea, “con su bagaje profesional transmitirán sus conocimientos para formar a los nuevos técnicos del futuro”. Un negocio redondo, desde el punto de vista empresarial.

Queda la cuestión de los sueldos para los nuevos profesores, claro. Uno de bachillerato gana unos 2.400 euros brutos mensuales. Puede llegar casi hasta los 5.000 euros brutos, siempre en función del cargo que desempeñe en el escalafón escolar. Suele ser menos que en la empresa privada, sobre todo los salarios iniciales, pero se presume que además de urgencia por encontrar un nuevo puesto, los que opten por la ruta escolar tienen vocación. La necesitarán, porque enfrentarse a unos 28 adolescentes por clase, de diversos orígenes y aptitudes, requiere temple, además de conocimientos. De momento, la oferta ha llegado ya a las oficinas de la petrolera Shell. Oficialmente, es “para los que quieran o tengan que marcharse”, ha dicho su departamento de personal. Si la prueba sale bien, podría ampliarse luego a otras firmas industriales.

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