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La nueva vida del exministro Michavila más allá de la prensa del corazón

Gran amigo del cantante Alejandro Sanz, es socio de un despacho legal, escribe, reza y apoya causas solidarias

El exministro de Justicia Jose Maria Michavila, en el despacho de abogados de Madrid del que es socio fundador.
El exministro de Justicia Jose Maria Michavila, en el despacho de abogados de Madrid del que es socio fundador.INMA FLORES
Maite Nieto
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José María Michavila es licenciado en Derecho, Historia y Filosofía, doctor en Derecho Administrativo, posgrado en las universidades de Harvard y London School of Economics, letrado del Consejo de Estado y exministro de Justicia (entre 2002 y 2004). También asegura que consiguió hacer un tránsito discreto y feliz de la vida política al ejercicio privado del derecho. Hasta que su relación sentimental con Genoveva Casanova (exmujer de Cayetano Martínez de Irujo) y con su actual pareja Alejandra Salinas Harnden (sobrina segunda de Mercedes Milá) le convirtió en carne de revistas del corazón.

Por eso zanja este apartado con un educado pero rotundo “de eso no voy a hablar, yo eso no lo leo”. Y se muestra dispuesto a tratar cualquier otro aspecto de su vida desde que abandonó el ejercicio de la política hace 12 años. Recibe a EL PAÍS en la sede de su despacho de abogados en Madrid, situado en un elegante edifico del barrio de Salamanca. Un proyecto de éxito que lidera junto a otros socios, entre los que se encuentra el también exministro del PP Ángel Acebes y Daniel de Fernando, que trabajó en J.P. Morgan. Un despacho con dos líneas diferenciadas: una de asesoría en inversiones financieras no especulativas y un despacho de abogados propiamente dicho. “Asesoramos desde a un chef con bastantes estrellas Michelin hasta a algún deportista muy conocido, una aerolínea europea, cadenas hoteleras o empresas que construyen buques. Pero siempre tenemos que estar peleando por quitarnos de encima que nos dedicamos al lobby en lugar de al ejercicio de la abogacía”, explica Michavila.

Jose Maria Michavila.
Jose Maria Michavila.INMA FLORES

En total, más de 200 nóminas en 15 ciudades, la mayoría en España pero también en Londres, Nueva York, Miami y México. Entonces, ¿por qué se le conoce como el abogado de los artistas famosos? “Soy muy amigo de Alejandro Sanz desde que coincidimos en 1993 en un curso de Inglés en Londres y le llevo algún tema personal. Él me presentó a Shakira, que fue casi mi primera clienta cuando volví a la abogacía, pero lo dejé cuando ella vino a vivir a España. Y he llevado algún asunto de Pablo Alborán en sus inicios. Una abogada de mi equipo se ocupa de este tipo de temas, pero supone el 1% de la actividad del despacho. Lo que ocurre es que la prensa del corazón vende mucho”.

También contribuye a esa imagen de famoso su colaboración con la fundación Alas que impulsa programas educativos para niños en Latinoamérica. “Un proyecto”, explica, “en el que me implicaron Shakira, Alejandro Sanz, Miguel Bosé, Juanes… He recibido mucho de la vida y algo tengo que devolver”. Además de que asesora gratuitamente a un grupo de artistas —entre los que se encuentran David Bisbal, Melendi, Malú, Antonio Carmona o Rosario Flores— que han apostado por regenerar la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Sonríe, es educado, hiperactivo confeso, lector impenitente, amante de la pintura y de todo tipo de música —incluido el pop español que afirma “tiene grandes artistas en España”—, profesor de Historia y hasta escritor de un libro sobre el general Prim. “El único catalán que ha sido presidente de España y quien hizo el primer Gobierno de gran consenso de nuestra democracia”, explica sobre esta parte de su biografía. Pero si tiene que optar por algo que le defina se decanta por “disfrutar de cada segundo de la vida”, lo que incluye compartir tiempo con sus amigos “de todo tipo e ideas”, y tener muy claro que su “principal ocupación y afición son sus cinco hijos: Irene, Beatriz, Pepe, Ana y Juan, de 23 años la mayor y 4 el más pequeño. Los cinco son fruto de su matrimonio con Irene Vázquez —un nombre que aparece una y otra vez a lo largo de la conversación—, quien falleció en 2013 a causa de un derrame a los pocos días de dar a luz a su quinto hijo. “A mí me apasiona la gente”, confiesa, “y una de las cosas buenas que tiene la fama es que recibes cariño de mucha gente. Ese es uno de los mejores regalos que me ha dado la vida: estar rodeado de cariño, de mi familia, de mis amigos y seguir sintiendo el amor de Irene, mi mujer”.

El expolítico José María Michavila con Alejandra Salinas a finales de octubre.
El expolítico José María Michavila con Alejandra Salinas a finales de octubre.GTresOnline

Afirma que procura dedicarle todos los días un rato a la oración, y que “eso da mucho sentido a mi vida”. Pero niega que pertenezca a los Legionarios de Cristo, como se ha dicho. Su compromiso con esta forma de entender su existencia le hace sentirse cómodo en las causas solidarias. Por eso también es patrono de la Fundación Pablo Horstmann, creada por los padres de uno de los mejores amigos de su hija mayor que murió en 2007 con 14 años. Y financia personalmente una cátedra que lleva el nombre de su mujer en la Universidad Francisco de Vitoria —Empresa más humana— que busca técnicas para hacer más amable el trabajo en las grandes corporaciones.

Esta es su vida actual, pero no reniega de sus años en la política. “Entré en febrero de 1993”, recuerda, “pero me había interesado por ella al empezar la carrera porque me impactó el discurso de Adolfo Suárez cuando dimitió como presidente del Gobierno. Éramos un grupo de gente con un gran romanticismo, que queríamos mejorar España y hacer un gran partido de centro para darle una alternativa distinta del socialismo. Yo ya había trabajado durante ocho años como abogado y tenía claro que quería que la política fuera una etapa transitoria. Y tuve la enorme suerte de que había hecho un pacto con mi mujer para irnos fuera de España cuando la abandonara. No me supuso ningún esfuerzo volver a mi antiguo trabajo. Pero tengo que reconocer que uno de los dones que me ha dado la política ha sido conocer a gente excepcional”.

José María Michavila y su hija Irene en una entrega de premios en 2016.
José María Michavila y su hija Irene en una entrega de premios en 2016.Cordon Press

Es imposible obviar la palabra maldita: corrupción. “La política en democracia es una representación de la sociedad, pero la corrupción en política es mucho más reprobable porque se utiliza el poder y la confianza que te han dado los ciudadanos”. Y en este punto aclara que a pesar de que un periodista de este periódico le relacionó con la trama Gürtel “en el más de millón y medio de folios que hay en los juzgados sobre el tema, mi nombre no aparece ni una sola vez. Fue un momento muy duro para mí por lo que supuso para la vida de cuatro profesionales cuyo único delito fue que yo colaboraba en su despacho. Y el único que yo cometí era haber servido a España como ministro del PP”.

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Sobre la firma

Maite Nieto
Redactora que cubre información en la sección de Sociedad. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local de Madrid, subjefa en 'El País Semanal' y en la sección de Gente y Estilo donde formó parte del equipo de columnistas. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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