Brita Fernandez Schmidt y Charlotte Dellal, camaradería entre mujeres

DECIR QUE BRITA Fernandez Schmidt, directora general de la filial británica de la asociación benéfica Women for Women International, y Charlotte Dellal, diseñadora y fundadora de la firma de zapatos y bolsos Charlotte Olympia, son amigas y colaboradoras no completa el cuadro del todo. Ambas se consideran parte de la misma hermandad, porque esa es la palabra que vertebra la filosofía de una ONG que, desde 1993, ha ayudado a casi medio millón de mujeres en zonas de conflicto a reconstruir sus vidas mediante un programa anual en el que aprenden a levantar su propio negocio. “Su labor me abrió los ojos; al dar poder a las mujeres crean un efecto dominó beneficioso”, explica Dellal, embajadora de la asociación.

La creadora participa desde hace tres años en la iniciativa Sponsor a Sister; ha cooperado en desfiles, ­subastas o mercadillos para recaudar fondos, y este año ha lanzado un clutch con la palabra “Hope” (es­peranza) cuyos beneficios se destinan a Women for Women. “Es un término clave”, señala Fernandez Schmidt. “A pesar de haber sufrido atrocidades inimaginables, estas mujeres aún confían en que su vida puede mejorar”.

“A pesar de haber sufrido atrocidades, estas mujeres aún confían en que su vida puede mejorar”

Dellal culpa de su sensibilización a una familia que le “inculcó valores”. Para Fernandez Schmidt, que en cinco años ha triplicado los ingresos de Women for Women UK, mudarse a Venezuela de adolescente “prendió la llama” de su activismo. En el futuro, ambas planean viajar al norte de Irak, país de origen del padre de la diseñadora. “Brita siempre vuelve de los viajes cargada de historias; esta vez quiero escucharlas yo también”.