Blanca Padilla: “Victoria’s Secret es una oda a la mujer segura de sí misma”
La modelo española rememora su asalto a la pasarela del desfile más famoso del mundo
“Necesito que seas un león”, le dijo en una ocasión Kyle Hagler, presidente de la agencia Next que representa a Blanca Padilla en Nueva York. Y así, sacando todas sus garras, desfiló la modelo el pasado 20 de noviembre en el mediático desfile de la firma de lencería Victoria’s Secret en Shanghái. “El día del desfile es casi irreal, es muy largo e intenso. Como un sueño”. Ella lo hacía por segunda vez, la primera fue en 2014, convirtiéndose así en la única española que repite en uno de los castings más exigentes y relevantes de la industria. “No es fácil llegar a la selección final, ni pasar la primera de las pruebas. Nos contaba en el backstage Ed Razek [director creativo de la firma] que tan solo 300 chicas en la historia de Victoria's Secret han participado en el desfile. Escuchar eso justo antes de salir me hizo pensar una vez más en lo afortunada que era de estar ahí, y en darlo todo”, cuenta a EL PAÍS.
Las alas, doradas e inmensas, añadieron todavía más emoción a la experiencia, pero la modelo aclara: “Ha circulado mucha información falsa sobre eso. Llevar las alas es un privilegio que tienen muy pocas en el desfile, pero eso no te hace automáticamente ángel ni te da un estatus. Lo que te hace ángel es un contrato temporal con la marca”. Un contrato que, puntualiza, implica también “un gran sacrificio a la hora de mantener tu cuerpo cien por cien en forma”. De hecho, semanas antes del gran desfile las redes de las elegidas se llenan de capturas que ilustran una concienzuda puesta a punto. “Esa preparación no es un decorado, en la mayoría de los casos es necesaria. Algunos de los conjuntos son realmente pesados, estás totalmente expuesta al mundo, hay una audiencia enorme y tu cuerpo está casi en su totalidad al descubierto. Hay que trabajar todas esas zonas que puedan provocarte inseguridades, y las que no, también. Mis alas no parecen las más pesadas y lo eran”.
La modelo explica que fue todo un reto que las alas no la desequilibraran. “Además llevaba cola”, puntualiza. Hacerlo bien era devolver la confianza que Victoria’s Secret había depositado en ella al elegirla. Había peleado duro para volver a entrar en el casting y quería que todo saliera perfecto: “Trabajé no solo mi cuerpo, sino también mi mente para vivir el día de la prueba con una perspectiva diferente”, escribía en agosto en su cuenta de Instagram mientras recordaba su primer casting con las piernas temblando.
Padilla, de 22 años, se toma muy en serio su trabajo, quizá porque la suya ha sido una carrera de fondo desde que fue descubierta con 18 años en el metro de Madrid por su agente, Ignacio Aysa. Este le dio uno de los mejores consejos que ha recibido: “Me hizo entender que mi potencial ya está ahí para ser explotado, sin necesidad de tener que forzar nada delante o detrás de las cámaras”. En un mundo dominado por el ruido y las sensaciones del momento, en su caso parece que el tesón y la confianza están dando sus frutos. El desfile de Victoria’s Secret llega justo después de un año en el que ha desfilado para firmas como Balmain, Ferragamo, Ralph Lauren o Elie Saab. Para este 2018 añade en su lista de los deseos a Isabel Marant, “que admiro”, así como volver a desfilar para Givenchy.
Cuando se le pregunta sobre las acusaciones de sexismo que planean sobre este mediático desfile, Padilla responde: “Creo que es una oda a la mujer segura de sí misma, dueña de su vida, que disfruta y se divierte”, y añade cómo la presentación ha ido abriéndose a la diversidad racial. La madrileña, para quien las tops de la década de los noventa son todo un referente, señala que también le inspiran las modelos de la actualidad “que se hacen escuchar”. Aunque siempre ha sido discreta, no deja una pregunta sin respuesta. Con fotos de Terry Richardson en su porfolio —una sesión para CR Book—, resulta inevitable preguntarle sobre las confesiones de abusos en la industria de colegas suyas como Cameron Russell o Minerva Portillo: “Creo que es importante alzar nuestra voz cuando es necesario, y, sobre todo, es importante esa unión, ese apoyo tan fuerte entre mujeres que tantos años no hemos llevado a cabo. Por lo tanto, esto solo puede significar progreso".
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