La tuberculosis costará un billón de dólares hasta 2030
Dos tercios del coste recaerán en países del G20, estima un informe del Global TB Caucus coincidiendo con la I Conferencia Ministerial sobre la enfermedad de la OMS
La pandemia de tuberculosis tiene un precio. En concreto, el cerca de un billón de dólares (unos 857.000 millones de euros) en pérdidas de producción que costará a la economía mundial hasta 2030 si no se acelera la lucha contra la enfermedad infecciosa más mortífera. Entre los años 2000 y 2015, la factura superó los 600.000 millones de dólares. Así lo ha estimado un informe del Global TB Caucus —un grupo de más de 2.300 parlamentarios de 130 países—, coincidiendo con la I Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la enfermedad, que se celebrará en Moscú del 16 al 17 de noviembre.
El evento de Moscú, que reunirá a un millar de participantes de 100 países, es la antesala de la primera reunión de alto nivel de la ONU sobre tuberculosis, prevista para 2018. Nick Herbert, copresidente del Global TB Caucus y parlamentario británico, considera que los próximos meses serán determinantes para el futuro de la lucha contra la dolencia: “Si la reunión del próximo año es un éxito, puede transformar la respuesta global a la enfermedad; si falla, la respuesta podría estancarse”. De aquí la importancia de poner ahora de relieve el impacto de esta infección.
El informe, elaborado por KPMG a partir de datos de la OMS, estima el impacto macroeconómico de la tuberculosis hasta 2030 de seguir al ritmo de progreso actual y sin tener en cuenta los efectos de la resistencia a los antibióticos —lo que agravaría aún más los pronósticos—. Según el estudio, el G20 concentrará seis de los diez países más afectados económicamente, y sus miembros incurrirán en más de dos tercios (675.000 millones de dólares) del coste global.
“No estamos hablando de cifras fantasiosas, sino del coste predecible de la enfermedad si el mundo no la enfrenta debidamente”, explica Herbert. También recuerda que, al ritmo actual, se producirán otros 28 millones de muertes y la meta de eliminar la TB en 2030 se retrasará unos 150 años, diez veces más de lo previsto por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
No estamos hablando de cifras fantasiosas, sino del coste predecible de la enfermedad si el mundo no la enfrenta debidamente
La región más afectada será Asia-Pacífico (573.000 millones de dólares entre 2015 y 2030), seguida por África (303.000 millones), Europa y Asia Central (64.000 millones) y las Américas (42.000 millones). África subsahariana da una idea de la magnitud del impacto: una docena de países perderán más de 1% del PIB a causa de la tuberculosis, con Lesoto y Mozambique entre los más afectados.
Pero la tuberculosis no concierne solo a los países en vías de desarrollo. El Reino Unido, por ejemplo, se enfrenta a un coste estimado en 2.000 millones de dólares. “A todas las economías del mundo les conviene afrontar la tuberculosis para reducir el sufrimiento humano, pero también el daño económico”, afirma Herbert, que co-preside el Global TB Caucus junto con el ministro de Salud de Sudáfrica, Aaron Motsoaledi.
Según el informe, actuar es especialmente urgente en vista de que la tuberculosis es la única gran infección transmitida por aire que presenta resistencia a los antibióticos. Es decir, el simple hecho de hablar con un paciente no tratado puede bastar para contraer una infección potencialmente mortal y que no responde a los principales fármacos.
“La contaminación del aire, el hacinamiento en entornos urbanos y la mala nutrición podrían aumentar la susceptibilidad de millones de personas a una enfermedad que se ha mostrado constantemente dispuesta a aprovechar al máximo cualquier vulnerabilidad”, alerta el documento producido con el apoyo de la ONG Results UK.
“La tuberculosis fue declarada una emergencia de salud global en 1993, pero desde entonces ha matado a 50 millones de personas; no podemos permitirnos el lujo de esperar más”, afirma Herbert. ¿Entonces, qué hace falta para ponerle coto?
Esfuerzo concertado
Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) tienen un “enorme papel” en la lucha contra la pandemia por un doble motivo: según destaca Herbert, acumulan cerca de la mitad de los casos del mundo y tienen la suficiente potencia económica como para combatirla con recursos nacionales. Además, tienen un peso importante en foros internacionales como el G20, que reconoció la enfermedad como una prioridad este 2017 aunque aún no ha adoptado medidas concretas al respecto.
“No progresaremos hasta que no haya un partenariado global entre los BRICS, que tienen la capacidad de hacer más en sus propios territorios; los países de renta alta, que pueden impulsar la investigación y desarrollo de nuevos diagnósticos y tratamientos, y los países de renta baja con una alta carga de tuberculosis, que seguirán necesitando apoyo financiero para sus programas de TB”, resume el cofundador del Global TB Caucus.
El informe llama a los líderes mundiales a aportar los fondos necesarios para la lucha contra la tuberculosis, que según la OMS adolece de un déficit anual de dos millones de dólares para la implementación de programas y de un millón para la investigación. Un déficit que, a juicio de Herbert, es factible cubrir si las economías mundiales suman esfuerzos. El documento también urge a los países a implementar las directrices de la OMS sobre tuberculosis, y a identificar y tratar con éxito a, por lo menos, 10 millones de pacientes cada año hasta 2022. Por último, les insta a comprometerse con un “mecanismo de rendición de cuentas robusto e independiente a nivel de jefe de estado”.
El reto en América
La tuberculosis sigue siendo un reto en el continente americano. La enfermedad costó 35.000 millones de dólares a la región entre 2000 y 2015, periodo en el que murieron 2,3 millones de personas y enfermaron 9,5 millones. Si no se redoblan esfuerzos, se prevén otras 386.000 muertes y 4,2 millones de casos entre 2015 y 2030. Entre los países más afectados están Perú y Brasil. Este último, no solo concentra cerca del 30% de casos en las Américas, sino que es uno de los 30 países con más carga de la infección del mundo.
Para el copresidente del Frente Parlamentario de TB de las Américas, el parlamentario uruguayo Luis Enrique Gallo, “la falta de compromiso político de los gobiernos de América Latina es uno de los motivos fundamentales”. Según el colíder de la rama americana del Global TB Caucus, hace falta el apoyo de donantes internacionales, pero también el esfuerzo de los países contra la desigualdad socioeconómica. “Es importante que [en América Latina] no se retire el apoyo a los programas sociales porque son fundamentales para combatir la tuberculosis”, afirma en referencia al vínculo entre TB y las condiciones de vivienda y saneamiento.
Por ello, elevar el perfil político de la enfermedad es el gran cometido del Global TB Caucus, con sede mundial en Ginebra y administrada por STOP TB Partnership. Con este fin, el Frente Parlamentario está estableciendo grupos nacionales para abrir vías de comunicación directa con las autoridades de cada país. También trabaja para incorporar la cuestión de la TB de forma permanente en foros como UNASUR, y está abogando para que la cumbre del G20 de 2018 en Buenos Aires aborde la problemática.
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Conferencia Ministerial de la OMS
La Conferencia Ministerial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre tuberculosis es un hito, de entrada, por tratarse de la primera. Entre el millar de participantes se contarán 74 ministros de Salud y de otros sectores como desarrollo social, finanzas y justicia. Ello incluye representantes de los 40 países con más carga de de la enfermedad y de su variante resistente a fármacos del mundo. El evento, que aboga por un abordaje de la infección que incluya a todos los sectores y actores, también reunirá a representantes de agencias de la ONU, sociedad civil, sector privado, sector académico y donantes.
La conferencia culminará con una declaración ministerial que pondrá las bases para la primera reunión de alto nivel de la ONU sobre tuberculosis en 2018. En concreto, el documento recogerá los compromisos de los países para acelerar el combate contra la infección, en línea con los ODS y la estrategia End TB de la OMS. Según la OMS, detallará “acciones inmediatas para abordar las brechas en el acceso a la atención médica y la crisis de resistencia a los fármacos”.
Rusia, cuya capital acogerá el evento, es uno de los 30 países con más carga de tuberculosis del mundo, incluyendo de las variantes resistentes a antibióticos.
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