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La enfermedad tropical que sufren 80.000 personas en España

Un informe del Instituto de Salud Global destaca los avances en la lucha contra el mal de Chagas a raíz del aumento de portadores del parásito que lo provoca llegados desde América Latina

Alejandra Agudo

En España hay entre 48.000 y 87.000 personas con Chagas, enfermedad olvidada provocada por un parásito y potencialmente mortal, endémica en América Latina y que afecta a más de seis millones de personas en el mundo. Esto convierte a España en el segundo país no endémico con mayor número de casos después de Estados Unidos. A la par, está a la vanguardia de la lucha contra este mal. Tanto es así que ha logrado una cobertura de tratamiento entre cinco y diez veces más alta que la media mundial —menos del 1% de los infectados accede a medicamentos específicos, según las organizaciones Mundial y Panamericana de Salud—. Estas son las principales conclusiones del informe Una batalla por la salud de todos: El liderazgo de España en la lucha contra el Chagas, presentado este martes en Madrid por el Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona.

Los autores de la publicación, elaborada con la colaboración de la Coalición Global de la Enfermedad de Chagas, detallan cómo "España, el país de Europa con más personas afectadas, se ha situado en la vanguardia de la lucha contra esta enfermedad a partir de una estrategia integrada que incluye la sensibilización pública, la respuesta clínica, la investigación y la cooperación". Una muestra, añaden, de que es posible vencerla.

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Prueba de ello es el caso de Brigitte Jordan, hoy agente de salud de la Fundación Mundo Sano, pero que en su momento fue afectada. De origen boliviano, a su madre le diagnosticaron la enfermedad y ella empezó a sospechar que podría tenerla también. "Al principio, no quería hacerme las pruebas porque si tenía Chagas significaba que podía morir en cualquier momento", ha relatado durante el debate organizado en torno a la presentación del informe. Finalmente, sus temores se confirmaron, pero no los peores. Había solución. "Fui tratada antes de quedarme embarazada y ahora tengo tres niños y todos han nacido sanos. Lo que demuestra lo que ya dicen los estudios científicos: que si se trata antes, se evita la transmisión madre hijo", ha recordado.

Actualmente, es ella quien sensibiliza a otros sobre la importancia de someterse a las pruebas y seguir el tratamiento. Con todo, pese a los progresos que ha realizado España en este sentido, Jordan ha reclamado un protocolo nacional y mejor acceso a los fármacos. Hasta la fecha, indica el estudio de ISGlobal, la batalla contra el mal de Chagas ha sido especialmente impulsada por cinco comunidades autónomas —Andalucía, Cataluña, Madrid, Murcia y Valencia—. Además, "es importante es que sigamos dando la tabarra, se haga popular la enfermedad y todos contemos con información veraz", ha añadido la representante de Mundo Sano.

En este sentido, Joaquim Gascón Brustenga, jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelona y director de la Iniciativa de Chagas de ISGlobal, ha explicado que "a principios de siglo, pocos médicos o enfermeras españoles conocían el Chagas, cómo diagnosticarlo o tratarlo". Y la llegada de personas de América Latina —donde es endémica la enfermedad—, portadoras del parásito causante supuso un reto. "Se han ido poniendo soluciones, se han llevado a cabo acciones muy innovadoras en un país no endémico, pero todavía queda mucho por hacer. No solo con la transmisión congénita, sino con los bancos de sangre o trasplantes. Además, solo cuatro comunidades tienen protocolos para detección de Chagas congénito. En Europa, solo la Toscana en Italia lo tiene", ha reflexionado.

Una de ellas es Cataluña. Pilar Ciruela, jefa del Servicio de Prevención y Control de Enfermedades Emergentes de esta comunidad, ha contado su experiencia. "Dado el aumento de personas inmigrantes procedentes de países endémicos, calculamos que en Cataluña había entre 12.000 y 20.000 que podrían tener Chagas", ha detallado. Así, se realizó un estudio económico en el que se comparaban los costes de poner en marcha un sistema de cribado en embarazadas y niños, y no hacerlo. "Salió que era más efectivo hacerlo", ha afirmado. En 2010, se estableció un protocolo de actuación. Pero todavía, ha reconocido, hay muchos pediatras, comadronas y demás personal sanitario que necesita formación para la detección y seguimiento de los casos. "Entre 2010 y 1015, hemos realizado 33.000 cribados de los que unos 900 fueron positivos y hubo una transmisión de madre a hijo del 4%", ha expuesto los resultados.

Menos del 1% de los infectados accede a medicamentos específicos para el mal de Chagas, según las organizaciones Mundial y Panamericana de Salud

También la investigación y la cooperación han sido ejes del "éxito", en palabras de los autores del documento, de la estrategia española contra el Chagas. "Entre 2007 y 2015, se publicaron 319 artículos elaborados por los 10 institutos del país más activos, lo que representa una de cada 15 de todas las publicaciones internacionales sobre la enfermedad en ese período", destacan los redactores del informe. "Entre otros logros, y gracias al apoyo español, se lanzó una versión pediátrica del benznidazol, el medicamento antiparasitario recomendado como primera línea y se han realizado ensayos clínicos con nuevos medicamentos", añaden. En materia de cooperación, continúa el documento, se ha incrementado la cobertura de tratamiento y se han fortalecido los sistemas de salud de los países afectados.

"España ha contribuido de forma muy importante en la I+D+I del Chagas, una de las 20 enfermedades tropicales olvidadas que existen en el planeta. Además, desde los años setenta muchos investigadores españoles se han interesado por la parasitología, lo que ha propiciado la creación de centros y universidades en los que se ha generado un importante conocimiento sobre las enfermedades parasitarias como el Chagas", ha asegurado Agustín Benito Llanes, director nacional de Medicina Tropical del Instituto de Salud Carlos III.

En cuanto a la cooperación, "España es el principal donante bilateral de la OCDE contra esta enfermedad, con 28 millones de euros aportados entre 2000 y 2015. Bolivia, en este momento, se ha convertido en el principal destinatario. Allí trabajamos apoyando su programa nacional contra el Chagas", ha subrayado María Cruz Ciria, jefa del área de salud de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Entre las acciones de este organismo que ha listado destacan los programas de transferencia de conocimientos y los de fortalecimiento de los sistemas nacionales de salud. "Todo el conocimiento no sería nada si no se pudiera aplicar", ha opinado.

Lo que queda por hacer

No todo lo que se expone en el informe de ISGlobal sobre la lucha contra el Chagas en España son campanas al vuelo. De hecho, los responsables del texto dicen que, pese a los avances, cada año siguen produciéndose alrededor de 39.000 nuevos casos en el mundo. "Todavía estamos lejos de la victoria final. El 99% de las personas con la infección siguen sin acceder al tratamiento. Las carencias se repiten en cada uno de los tres frentes fundamentales de esta batalla: la voluntad de los estados afectados, la generación de recursos financieros y la creatividad que permitirá ampliar el conocimiento sobre el diagnóstico y el tratamiento del Chagas. En cada uno de estos ámbitos, España ha jugado un papel esencial durante casi una década y media. Es hora de asumir con más fuerza si cabe la responsabilidad que le corresponde a nuestro país al frente de la lucha contra la enfermedad", concluyen.

Sus recomendaciones son:

  1. Completar la protocolización para el control de la trasmisión en el territorio español.
  2. Extender la experiencia española al conjunto de la Unión Europea.
  3. Reforzar la I+D para llenar las lagunas existentes.
  4. Mantener el compromiso de la cooperación española en este ámbito.

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Sobre la firma

Alejandra Agudo
Reportera de EL PAÍS especializada en desarrollo sostenible (derechos de las mujeres y pobreza extrema), ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Miembro de la Junta Directiva de Reporteros Sin Fronteras. Antes trabajó en la radio, revistas de información local, económica y el Tercer Sector. Licenciada en periodismo por la UCM

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