Nuevo récord de C02

Malas noticias para el planeta. En 2016 se alcanzó un nuevo récord de concentración de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera: 403,3 partes por millón, lo que representa un 145% más que en la época preindustrial. Pero lo alarmante del informe que acaba de emitir la Organización Meteorológica Mundial, dependiente de la ONU, es que no solo aumenta la concentración, sino el ritmo de acumulación del principal gas de efecto invernadero. Y eso a pesar de que en los últimos tres años se ha logrado estabilizar el volumen total de emisiones.

Las perturbaciones provocadas por El Niño, un fenómeno natural que tiene su epicentro en el Pacífico ecuatorial, agravaron los efectos de unas emisiones que siguen siendo demasiado altas. Las alteraciones y sequías provocadas por El Niño en las regiones tropicales han reducido la capacidad de los bosques y los océanos de absorber CO2, con lo que las mismas emisiones han provocado un aumento de su concentración en la atmósfera, y lo ha hecho a un ritmo un 50% superior al de la última década.

Estos datos proyectan una muy pesimista perspectiva sobre la efectividad de los acuerdos de París de 2015. La comunidad internacional debe reaccionar con urgencia. El informe advierte sobre las “graves perturbaciones ecológicas y económicas” del aumento de la concentración de CO2. La proliferación de fenómenos meteorológicos extremos es una clara señal de que sus efectos devastadores están ya aquí.

Cada país debe examinar si contribuye al problema o a la solución. Lamentablemente, España no destaca por aplicar políticas decididas de lucha contra el cambio climático. Más bien va a remolque de las decisiones europeas y hay que lamentar una grave involución en la apuesta por las energías renovables, cuya contribución a la producción de electricidad se está reduciendo de forma alarmante. Es urgente rectificar esta nefasta política.