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Si decido no dar el pecho, ¿perjudico mi salud?

La lactancia es un factor protector contra enfermedades como el cáncer de mama, ¿qué ocurre si no amamanto a mi hijo?

La lactancia materna es una de las intervenciones sanitarias con mayores beneficios sobre la salud y menos costes económicos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las encuestas Nacionales de Salud (ENSE) también reflejan que en España el 71% de las madres apuestan por la lactancia a las 6 semanas del nacimiento de sus hijos, mientras que a los 3 meses la tasa se reduce al 66,5%, y a los seis meses tan solo un 46,9% lo hace. 

Que muchas madres dejen de amamantar a sus bebés podría explicarse a través de las respuestas recogidas por la Encuesta Nacional sobre Hábitos de Lactancia de la Iniciativa Mundial de Lactancia Materna (IMLM): “Complica la combinación con la actividad laboral”, “es incómodo hacerlo en un sitio público”, “los pechos pierden firmeza”, “el pezón se agrieta”, “es doloroso”, “no tengo tiempo para mí”, “retrasa la recuperación de la figura", “ayuda a ganar peso” o “interfiere en mis relaciones sexuales” son algunos de los motivos que se citaban en relación con sus inconvenientes.

Sin embargo, Marta Díaz, coordinadora del Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP), recuerda que “la mayoría de las madres que no consiguen amamantar a sus hijos no es porque hayan decidido no hacerlo, sino porque han tenido que abandonarlo precozmente —muchas veces en los primeros días de lactancia— por presentar dificultades que no han podido superar, en parte por no recibir el apoyo y la ayuda necesarios para solventar esos obstáculos. No debemos hacer que se sientan culpables y frustradas por ello”.

Y añade: "Hay que promocionar la lactancia materna porque las cifras actuales no son óptimas. También debemos mejorar la salud materno-infantil y reducir los costes económicos derivados de la atención sanitaria. El objetivo es que cada mujer logre alcanzar el tiempo de lactancia que tenía previsto para su hijo."

¿Cuáles son los beneficios?

No se limitan a la salud del bebé. Una reciente revisión de estudios sobre la relación entre la lactancia materna y el padecimiento de algunas enfermedades en la mujer, publicada en la revista The Lancet, concluye que la lactancia beneficia a las madres que amamantan. Se debe a que puede prevenir el cáncer de mama y reducir el riesgo de diabetes y cáncer de ovario, además de servir de sistema de control de natalidad natural, pues cuanto más se alarga la lactancia más lo hacen los periodos de ausencia de mentruación.

Hipertensión, diabetes e infarto de miocardio son otras enfermedades que podrían prevenirse con la lactancia materna", explica Díaz. Un estudio reciente de 300.000 mujeres publicado en Journal of the American Health Association demuestra una reducción del riesgo de enfermedades cardiovasculares en las madres que han dado el pecho, mayor cuanto más tiempo hubieran amamantado a su bebé.

Según esta pediatra, la asociación entre la duración de la lactancia y reducción del riesgo de estas enfermedades se apoya en una “relación causal”, que no puede ser atribuida a otros factores. “Como señalan los autores del estudio, los beneficios de la lactancia para la salud de la madre podrían ser explicados por los cambios que ocurren en el metabolismo materno después del parto y a lo largo de todo el proceso de lactancia”, añade.

“La protección cardiovascular se podría explicar por el nivel hormonal de estrógenos. Es el principal efecto protector frente a los infartos que tenemos las mujeres a diferencia de los hombres. Los infartos en las mujeres ocurren casi siempre a partir de la menopausia, porque es cuando dejamos de tener esa hormona. Pero el estudio no lo acaba de explicar”, sostiene la ginecóloga Sofía Fournier, especialista en obstetricia y ginecología de la ‎Fundación Dexeus.

Otro aspecto discutible del estudio corresponde a la lactancia mantenida durante dos años completos, algo casi imposible para la mayoría de las madres. “Es un factor de confusión que sesga la investigación sobre la protección cardiovascular. El hallazgo puede ser esperanzador, pero se necesitan más estudios que lo confirmen", concluye Fournier. "Puede ayudar a una cierta protección, pero no es una causa directa. Debemos entender que la madre se cuida, no fuma, no bebe alcohol, y esos son factores asociados al riesgo cardiovascular a tener en cuenta también. El estudio es esperanzador, pero hay que ver el contexto, se necesitan más investigaciones”.

Algo similar sucede con el beneficio de amamantar con la reducción del riesgo de padecer diabetes. “La explicación sería la misma que en el caso de la protección cardiovascular. La lactancia aumenta la prolactina, la hormona que estimula la secreción de la leche a través de una acción directa sobre la glándula mamaria. Cuando una mujer está lactando le supone una protección frente a la insulina”, explica esta especialista.

Menor riesgo de cáncer de mama

Un beneficio de la lactancia materna que está claramente demostrado por la evidencia científica se relaciona con la reducción del riesgo de padecer cáncer de mama al limitar la capacidad de las células mamarias de actuar de manera anormal, entre otros factores.

“Se cree que unos de los motivos por los que en la Antigüedad había menos cáncer de mama era que las mujeres estaban embarazadas mucho más tiempo y dando el pecho, por lo que su glándula mamaria no sufría los cambios producidos por el estímulo hormonal cuando nos viene la regla cada mes, como ocurre hoy. Esos cambios son los que acaban provocando el aumento del riesgo de cáncer de mama”, describe Fournier.

Además de fomentar el vínculo con el bebé, amamantar ayuda a la madre a volver a su estado previo del embarazo a nivel uterino. “Cuando damos de mamar, el cuerpo se da cuenta de que ya no hay embarazo, entonces hace todo lo posible para que el útero vuelva a su tamaño original. Por eso las mujeres sufren esos entuertos, como el dolor de regla o las contracciones cuando dan el pecho, porque el útero está reduciendo su tamaño”, explica esta especialista.

Para que la lactancia funcione bien es fundamental la información y la ayuda promovida por los grupos de soporte a la lactancia en los centros hospitalarios, que aportan un beneficio psicológico. “Al darles de alta en el hospital —que hoy es bastante pronto, a las 48 horas— no tener bien establecido el mecanismo de lactancia puede ser desesperante para las madres.

Los grupos son muy importantes como foro donde resolver dudas sobre cómo afrontar la lactancia. Además, acudir a los grupos hace compartir experiencias sobre la crianza del bebé. "No te hace sentir tan bicho raro, algo que favorece la adherencia y las tasas de mantenimiento”, anota Fournier.

¿Si decido no amamantar, perjudico mi salud?

Repasados los beneficios, es hora de plantear la idea contraria: ¿Las madres que no amamantan a sus hijos se enfrentan a un mayor riesgo de padecer esas enfermedades?

“En todas las patologías, la predisposición es multifactorial. En el cáncer de mama hay distintos factores que pueden jugar en su contra. Tener la regla muy pronto no va a favor de la protección contra el cáncer de mama, tampoco lo es tener pocos embarazos o que nos venga la menopausia muy tarde. Existen muchos factores hormonales que pueden influir.

No hay que olvidar que la predisposición es genética. Todavía no podemos discernir el peso específico de cada factor. La mujer está diseñada para dar de mamar, y eso implicar un factor protector, pero lo contrario tampoco se puede afirmar”, concluye Fournier.

Busque plan B para la anticoncepción

Como contrapunto al catálogo de beneficios de la lactancia, si usted todavía es de las que piensa que funciona como anticonceptivo, conviene que destierre la idea. "Pensar que por poder dar el pecho no se quedará embarazada es un error.

Es cierto que dificulta la capacidad de concepción porque es más difícil ovular, aunque no imposible. Si se quieren garantías absolutas para no quedarse embarazada, la lactancia no sustituye a los métodos anticonceptivos", señala esta ginecóloga.

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