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Madrid contra la contaminación

Co el otoño y el invierno llega la temporada alta de los episodios de contaminación en la capital: cinco de los seis que han obligado a tomar medidas han ocurrido entre septiembre y diciembre

Vista de Madrid desde Torrelodones durante el último episodio de contaminación, en octubre de 2017.
Vista de Madrid desde Torrelodones durante el último episodio de contaminación, en octubre de 2017.Santi Burgos
Pablo León

El Ayuntamiento de Madrid desactivó ayer el protocolo anticontaminación, pero sigue recomendando ir en transporte público, el carsharing y moderar el uso del coche privado. Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2 ) han descendido respecto al martes, cuando se inicio el episodio de contaminación y se anunciaron las primeras medidas. La recomendación se debe a que el buen tiempo puede dar pie otro pico de polución aunque las previsiones indican lluvias desde el martes.

Los meses de otoño y de invierno son la temporada alta de los episodios de contaminación en la capital. Desde que se modificó el texto del Protocolo de medidas para episodios de alta contaminación —en febrero de 2016— Madrid ha vivido seis episodios cuadros, de diferente intensidad y que han durado varios días. Cinco de ellos han ocurrido entre septiembre y diciembre debido a las condiciones climáticas. Todos han estado relacionados con el NO2. El episodio vivido hasta ayer, también.

El martes saltaron las alarmas debido a la alta presencia de este contaminante: siete estaciones superaron los 180 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno dos horas consecutivas. “Es uno de los principales contaminantes atmosféricos junto con el ozono troposférico y las partículas en suspensión”, explican desde el Área de Medio Ambiente, “y el tráfico rodado es el principal origen de estos contaminantes”.

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Se limitó la velocidad en M-30 y accesos (escenario 1), pero días después se prohibió además aparcar en la almendra central a no residentes (escenario 2). El jueves los niveles de ozono troposférico (O3) se dispararon en varias estaciones. Debido a las reacciones químicas atmosféricas, la presencia de NO2 —generado principalmente por los vehículos diesel— fomenta la aparición de O3. Ambas sustancias afectan a la salud.

“Aunque 2016 presentó una sensible reducción de contaminantes respecto a los valores del año anterior —con condiciones meteorológicas particularmente adversas— Madrid superó los valores límite de NO2 y O3 para proteger la salud humana fijados por la legislación europea”, concluye el informe La calidad del aire en la ciudad de Madrid en 2016 de Ecologistas en Acción. Por esos excesos, la Comisión Europea mantiene abiertos dos expedientes a España. Además, a principios de 2017 dio un toque de atención por el incumplimiento reiterado de la norma. “Superar los límites marcados supone un riesgo grave para la salud”, recordaban desde Europa haciendo especial ahínco en Barcelona y Madrid.

El mes pasado, el Ayuntamiento anunció la creación de una Área Central Cero Emisiones, que limitará el acceso a la almendra central y que comenzará a aplicarse en julio de 2018. En 2015 con Ana Botella (PP) al frente, la capital aprobó su primer protocolo de lucha contra la contaminación. A pesar de que ese año fue especialmente problemático, nunca se aplicó. En enero de 2016, con Manuela Carmena (Ahora Madrid) en la alcaldía, el protocolo se endureció. “El cambio se realiza por la estabilidad climática característica de la capital”, explicaron entonces desde Movilidad, “si llegamos a niveles muy altos de contaminantes, luego es dificilísimo bajarlos”. Desde Ecologistas en Acción valoraron los esfuerzos: “Se están adoptando medidas para lograr reducciones permanentes de los contaminantes”.

El nuevo protoclo redujo los límites a partir de los cuales había que avisar a la población durante un pico de polución así como los que llevaban a activar los diferentes escenarios. En base al nuevo protocolo, Madrid aplicó en diciembre de 2016 el escenario 3 —el más duro—, que prohíbe el acceso de vehículos a la almendra central en función de si su matrícula termina en número par o impar. Era Navidad y la capital fue la primera ciudad española en restringir el acceso en coche al centro. Esta vez el episodio no ha llegado tan lejos: “Los niveles de polución han bajado”, desactivaba ayer el protocolo el Ayuntamiento. Aunque las previsiones meteorológicas anuncian lluvias a partir del martes, si sigue el buen tiempo también permanece la amenaza de un nuevo brote de polución.

La lucha en otras capitales europeas

Desde el pasado julio, en París no pueden circular los vehículos más contaminantes (laborables, de 8.00 a 20.00). También se limita el acceso de vehículos al centro cuando hay picos de contaminación.

Roma usa, como Madrid, el sistema de matrícula par/impar. Además, la capital italiana tiene cuatro áreas con acceso limitado: cuanto más cerca del centro, mayor restricción. Una medida parecida a la Umweltzone de Berlín, que desde 2008 prohíbe acceder al centro a los vehículos más contaminantes. Para ello usa un sistema de etiquetas: solo acceden al centro los que exhiben un distintivo verde.

Además de una zona de bajas emisiones, Londres tiene un sistema de impuestos (congestion charge) para entrar al centro (11,50 libras; unos 13 euros) que funciona de lunes a viernes de 7.00 a 18.00.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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