¿Es el protocolo de Madrid demasiado estricto?
La normativa europea establece hay una concentración de NO2 superior a 200 durante una hora hay problemas para la salud
A principios de 2016, el Ayuntamiento de Madrid endureció los límites a partir de los cuales había que avisar a la población durante un pico de polución así como la activación de los escenarios para bajar los niveles de contaminantes, concretamente de NO2, uno de los gases que más problemas dan en las ciudades. El año pasado, cuando todavía estaba en vigor la versión del protocolo aprobada por la alcaldesa Ana Botella (PP), el nivel de preaviso se daba cuando se superaban, durante dos horas consecutivas, los 200 microgramos por metro cúbico de dióxido de nitrógeno; el aviso se activaba al rebasar los 250 y la alerta, a los 400. Tras el endurecimiento, han pasado a 180 y 200, respectivamente. El de alerta se mantiene.
“Se han bajado los límites por el clima estable de la capital: si se llega a un nivel muy alto, luego es dificilísimo bajarlo y la contaminación se haría sistémica”, explica Carlos Corral, subdirector general de movilidad del Ayuntamiento de Madrid. Desde el PP opinan diferente: “Hay que volver a los niveles anteriores”, repite Esperanza Aguirre.
La normativa europea establece que cuando la población está expuesta a una concentración de NO2 superior a 200 durante una hora ya hay problemas para la salud. “En Madrid hemos establecido el aviso en 180 porque mayores concentraciones no son recomendables para la salud”, dice el Ayuntamiento de la capital, que reconoce haber tomado las referencias de la UE como base de su política. En París, donde también hay un protocolo para paliar los picos de contaminación, la prohibición de circular en función de su matrícula —política que ahora están revisando para discriminar según lo contaminante que sea el vehículo— las alertas saltan cuando se alcanza un nivel semejante al de la norma madrileña.
Barcelona también ha aprobado mecanismos para paliar la polución. Cuando una estación supera los 160 microgramos por metro cúbico en una hora, y la previsión meteorológica no es favorable, se activa el aviso. Si se rebasan los 200 durante más de una hora, se prohíbe la circulación a los vehículos privados más sucios (los que carezcan de una de las siguientes etiquetas de la DGT: Cero emisiones; Eco; C; D). Además, se limita la circulación de los taxis.
En el peor de los escenarios —superar los 400 microgramos por metro cúbico durante tres horas— se aplica la alternancia de matrículas (par/impar) sobre los coches que podían acceder. “A diferencia de ciudades como Madrid, Barcelona no suele registrar picos [el mar atenúa la polución]. La política del Consistorio va encaminada a prohibir que circulen los vehículos más contaminantes a partir de 2020”, explicaba hace unos días Janet Sanz, del Área de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, informa Alfonso Congostrina.
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