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Iniesta intenta ser Gandhi con el tema catalán y los ‘tuiteros’ lo convierten en Piqué en 10 minutos

El ídolo de la selección se pronuncia y su cuenta se convierte en un debate no siempre civilizado

Andrés Iniesta durante un partido España-Italia el pasado 2 de septiembre en el estadio Santiago Bernabéu (Madrid).
Andrés Iniesta durante un partido España-Italia el pasado 2 de septiembre en el estadio Santiago Bernabéu (Madrid).

"Nunca he valorado públicamente situaciones tan complejas con sentimientos diversos, pero esta situación que vivimos es excepcional y una cosa tengo clara, antes de que nos hagamos más daño: dialoguen, los responsables de todo, dialoguen. Háganlo por todos nosotros. Merecemos vivir en paz".

Esta fue la declaración respecto al conflicto catalán que Andrés Iniesta (Fuentealbilla, Albacete, 1984) expresó en tres tuits (podría haberlo hecho en uno si Twitter hubiese aplicado ya su plan de doblar el número de caracteres). Y es llamativo que lo haga, porque Iniesta (Albacete, 1984) es uno de esos ejemplos de héroes nacionales queridos por las dos Españas, tal vez por lograr una gesta que las unió durante horas (suyo fue el gol de la victoria en el Mundial de 2010). Y que tiene, además, un carácter lo suficiente blanco (o mucho sentido de la cautela) para no decir nada que lo saque del guion de chico humilde que llega a gran futbolista. Iniesta no es, en resumen, el tipo de español que querría meterse ahí.

Pero lo ha hecho. Y apenas 45 minutos después sus tres tuits sumaban más de 6.000 retuits y unas 500 respuestas en las que hay de todo. El jugador hizo un llamamiento a la paz, en plan Gandhi, y aquello parece la cuenta de Twitter de Piqué. "No señor! Andrés no es nacionalista, no puede posicionarse. Está condenando la actitud tanto del gobierno español como el catalán", comenta un tuitero llamado Miguel López.

Pero hay quien quiere leer entre líneas una condena a la violencia: "Bueno, el 'antes de que nos hagamos más daño' ya lleva implícita una idea, ¿no? No hay que interpretar demasiado", apunta Gerard Cassadó.

Hay, claro, quien exige que se posicione al respecto de los episodios de represión policial el 1-O.

Y quien le exige que se posicione y no quiera satisfacer a los partidarios de ambos lados del conflicto:

Otros le piden que tome un papel casi casi institucional en el asunto:

Y otros quieren tirar de archivo para recordarle que no se posicionó en otros episodios anteriores que ya iban anunciando este conflicto:

Los hay que se ponen catastrofistas:

Y también los que tienen el síndrome del entrevistador que va al grano:

Algunos, sencillamente, se ponen hidalgos:

Y los que reflejan lo que estamos pensando muchos:

El ambiente crispado de estos últimos días en España está llevando a que muchos que no suelen pronunciarse sobre temas políticos lo hagan. entre ellos algunos de los deportistas más queridos de España (puede que queridos por, precisamente, pronunciarse poco). “Ver a la gente tan radicalizada me sorprende y desilusiona”, dijo Rafa Nadal desde Pekín. Y añadió: "A mí, personalmente, me dan ganas de llorar cuando veo que en un país donde hemos sabido convivir y ser un buen ejemplo alrededor del mundo llegamos a la situación que se llegó ayer [por el domingo 1 de octubre]... Creo que la imagen que hemos transmitido es negativa".

Nadal también dejó una línea que parece apuntar directamente con el dedo a alguien, aunque no sabemos quién ("No es el momento de buscar culpables, aunque sí los hay") y otra que, directamente, nos ha dejado con la boca abierta sin entender nada ("las guerras normalmente las hacen los poetas").

Los hermanos Gasol sí que criticaron frontalmente la violencia de la jornada del 1-O y pidieron diálogo a través, también, de sus cuentas de Twitter. "Sentido común y humanidad sobre todo. No se puede ser tratado con violencia por querer manifestar una voluntad pacíficamente", escribió Marc Gasol. Su hermano Pau tuiteaba: "¿A esto hemos tenido que llegar? ¿Era la violencia necesaria?".

Ni Nadal, ni los Gasol, ni Iniesta, cuatro de los grandes héroes incontestables del español medio, han conseguido comunicar algo que convenza a las dos partes. España se queda sin ídolos que casi todos admiren y puedan poner palabras al sentimiento que reina en las calles.

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