9 fotosAzúcar, solo azúcar... y humoLa quema de caña afecta a los habitantes del colombiano valle del CaucaPablo RoderoCali - 17 oct 2017 - 07:42CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAparte de la concentración de tierras por parte de los ingenios para plantar caña, uno de los grandes problemas que presenta este monocultivo es la práctica de las quemas.María RadoLa caña se quema porque de esta manera resulta más fácil cortarla y cosecharla.María RadoLa ceniza que resulta de la combustión de la caña se llama pavesa, y se cuela en las casas, mancha la ropa tendida y, si no provoca, empeora enfermedades respiratorias.María RadoAdemás de la quema, en los cañaverales se utiliza glifosato, un químico utilizado en el pasado por el Gobierno para matar las matas de coca. El glifosato favorece la maduración de la caña, pero también acaba con el resto de cultivos sobre los que cae arrastrado por el viento.María RadoLos corteros -trabajadores de los cañaverales- tienen unas condiciones de trabajo muy precarias. Las plantaciones alcanzan temperaturas de 635 grados centígrados durante las quemas, y ellos se adentran a cortar la caña cuando el cultivo aún está caliente. Además, mientras trabajan respiran el glifosato que se le aplica a la caña para que madure. María RadoEste es el aspecto de las varas de caña tras cosecharse y pelar todas las hojas y es por eso por lo que el ingenio paga. Los corteros cobran por peso, por cantidad de caña recogida y pelada, no por hora trabajada, por eso muchos defienden la quema, porque les facilita el trabajo. María Rado'Tren cañero'. Son camiones con cinco remolques seguidos donde se transporta la caña desde las plantaciones a las plantas procesadoras. María RadoLa caña de azúcar existe en el Valle del Cauca desde el siglo XIX y, hasta la abolición de la esclavitud en 1851, quienes trabajaban la caña eran los esclavos negros. Hoy día las condiciones han mejorado -aunque no en exceso- y la mayoría de quienes cultivan la caña, la cortan y la procesan siguen siendo trabajadores negros.María RadoMaría Rosa Cardona decidió plantarle cara a la caña. Sembró algunas plantas tradicionales y “abrió un sendero ecológico” que ahora alquila para visitantes que quieran conocer cómo era el Valle del Cauca antes de que el monocultivo de caña se volviera extensivo. María Rado