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El acento
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El huracán Trump amenaza al mundo

El presidente de EEUU dona un millón de su bolsillo después de recortar fondos para catástrofes

Gabriela Cañas
Vince Ware traslada sus sofás desde su casa inundada en Houston, Texas.
Vince Ware traslada sus sofás desde su casa inundada en Houston, Texas.ADREES LATIF (REUTERS)

Pocas veces una donación puede resultar tan insultante. El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha anunciado este fin de semana que pondrá un millón de dólares “de su patrimonio personal para ayudar a la gente de Texas y Luisiana”, según ha explicado un portavoz de la Casa Blanca. Es un gesto populista e hipócrita. Porque antes de que el huracán Harvey asolara Houston y sus alrededores, Trump ya había ordenado recortar los presupuestos de los organismos nacionales que se encargan de afrontar estas catástrofes naturales, bien para analizarlas bien para poner en marcha planes de emergencia.

Trump se ha erigido en el campeón del negacionismo del cambio climático. Ha visitado dos veces las zonas devastadas de su país y ha proclamado la extraordinaria virulencia del drama, algo nunca visto, ha dicho. En Houston se superó el récord de lluvia. En solo una semana las nubes descargaron lo que suelen hacer en un año entero: 20 veces lo que descarga el río Misisipi en 24 horas. Ningún científico osaría relacionar directamente el Harvey con el calentamiento global, pero sí aventurar que es justamente la multiplicación de este tipo de fenómenos naturales uno de los efectos del cambio climático. Pero Trump ni siquiera ha mencionado el asunto. Sigue empeñado en recortar gastos de otras partidas para culminar la construcción del muro con México. El cambio climático y sus efectos no le preocupan. Por eso ha retirado a su país del Acuerdo de París en el que todas las naciones se comprometieron a luchar contra el calentamiento global.

Ni siquiera el balance económico parece haber hecho mella en el presidente americano. Además de muerte (medio centenar de fallecidos) y desolación (casi dos millones de evacuados y peligro de extensión de infecciones como el cólera o el tifus), esta violenta tormenta tropical ha causado ya daños por valor de hasta 140.000 millones de dólares según algunos cálculos. Trump ya ha pedido al Congreso el desbloqueo de 7.850 millones de dólares para, fundamentalmente, ayuda de emergencia. Toda donación debe ser bienvenida, pero el millón de Trump parece una broma macabra frente a sus decisiones previas y el montante de los daños producidos.

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Estados Unidos es el segundo país más contaminante del mundo —el primero si se mide por emisiones per cápita— y en la atmósfera recalentada no hay fronteras. Los fenómenos naturales como el Harvey no son exclusivos de ese rico país. En el sur de Asia los fallecidos se cuentan por centenares debido a las inundaciones de este verano. Más de 40 millones de personas están sufriendo las consecuencias de las fuertes tormentas. En Níger se está viviendo una situación insostenible por la misma causa.

Ojalá el negacionismo de Trump, que tan caro puede resultar a posteriori, fuera solo tan ridículo como los tacones de aguja de Melania Trump en las áreas afectadas. Hay huracanes políticos más peligrosos que los producidos por los elementos.

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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