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Esos libros ilustrados tan caros

Logotipo, creado por Agustín Comotto, para los “libros impresos en España” de la editorial Nórdica.
Logotipo, creado por Agustín Comotto, para los “libros impresos en España” de la editorial Nórdica.Getty

PUEDE QUE AL entrar en una librería a elegir un libro os llame la atención ver en su contraportada un pequeño sello con el siguiente lema: “Libro impreso en España”. Puede que la sorpresa os lleve a preguntar al librero acerca de la necesidad de reivindicar algo que parece tan evidente y puede que, tras escuchar la respuesta, a partir de ese día, os toméis un respiro antes de emitir la queja habitual sobre lo caros que resultan esos hermosos cuentos ilustrados infantiles que regaláis a vuestros hijos y que leéis en su compañía, convirtiendo una actividad tan íntima y placentera en “un acto de creación permanente” y también de “resistencia” contra el bullicio y las agresiones del exterior, en palabras del escritor francés Daniel Pennac en su ensayo Como una novela (Anagrama).

Si está sensibilizado con el tema, el librero os explicará de buena gana que cada vez se imprime más fuera de España, en países como China o India, porque a los editores les sale más económico, y eso les facilita bajar los precios. Y es probable que, si mostráis interés, os diga que muchas imprentas han cerrado en los últimos años debido a la crisis, a los cambios tecnológicos y a la imposibilidad de competir con mercados con menores costes de producción. Si recurrimos a datos recientes, comprobamos que, según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, de 2008 a 2015 cerraron en España 4.000 empresas del sector de las artes gráficas, muchas de ellas relacionadas con el gremio del libro; que se ha perdido un 30% de puestos de trabajo y que, como indica la Confederación Internacional de Impresión e Industrias Auxiliares, España se sitúa en el tercer país europeo con más despidos en este ámbito, por detrás de Grecia y Reino Unido.

Según la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, de 2008 a 2015 cerraron en España 4. 000 empresas del sector de las artes gráficas, muchas de ellas relacionadas con el gremio del libro.

Acceder a esta información, saber qué factores influyen en el precio de los libros, lleva, sin duda, a valorarlos más. La reflexión y el debate que pueda generarse ya es suficiente para demostrar el acierto del logotipo que Nórdica Libros ha decidido incluir en sus publicaciones: el mensaje “Libro impreso en España” bajo una diminuta ilustración de Agustín Comotto en la que se ve a una mujer arando un campo del que han de brotar libros. “Lo que pretendemos, sin hacer mucho ruido, es llevar a cabo una campaña de concienciación social. Buscamos que la gente se plantee lo que es una cadena justa de valor, que entienda que esos cómics y cuentos que tanto les gustan, si están bien hechos, de manera honesta, tendrán que costar cinco euros más”, señala Diego Moreno, responsable de la editorial. “Al apostar con firmeza por las imprentas españolas queremos defender su alta calidad y manifestar nuestro no rotundo a la explotación de la mano de obra, incluso infantil, para bajar los costes de producción”.

Hablamos, sobre todo, de un sector tan sensible como el de la literatura para menores, que representa un 22,8% del total de publicaciones, y donde cada vez se hacen libros más sofisticados, en gran formato, con planchas a color que encarecen el precio. “Nunca ha sido tan barato imprimir en España como ahora, pero con nuestras condiciones es imposible que un libro de estas características cueste menos de 20 euros, y no se trata de bajar la calidad, aunque sí de estar dispuestos a disminuir un poco el margen de beneficios”, explica el editor de Nórdica. Visibilizada ya la situación, somos nosotros, consumidores, lectores, padres, los que debemos decidir, con conocimiento de causa, los libros que elegimos para echar a volar la imaginación, refugiarnos, enriquecer la vida.

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