La conquista de las alturas
En los sesenta existió un Benidorm de casas bajas, propiedad de pescadores. En aquella localidad de 6.259 habitantes vivían 95 extranjeros. Poco le quedaba a la villa alicantina para sentir el desembarco de un turismo ávido de sol y playa que la cambiaría por completo. Conquistó su costa.
Al quedarse sin tierra, buscó espacio en las alturas. Hoy alberga 77 rascacielos de más de 25 plantas y están censadas cerca de 66.000 personas, casi el 30% de ellos extranjeros. En verano Benidorm multiplica su población por seis y llega a alcanzar picos de 400.000 residentes.
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