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La planificación familiar sí importa

Líderes de todo el mundo se reúnen en Londres para decidir cómo acelerar el proceso de asegurar que más mujeres y niñas sean capaces de planificar sus familias y su futuro

Un grupo de mujeres espera a entrar en la consulta del centro de salud del campo de desplazados internos de Bakassi, en Nigeria, el pasado 7 de julio.
Un grupo de mujeres espera a entrar en la consulta del centro de salud del campo de desplazados internos de Bakassi, en Nigeria, el pasado 7 de julio.STEFAN HEUNIS (AFP )
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Tener la opción de decidir si tener o no hijos, cuándo tenerlos y cuántos tener es un Derecho universal. A pesar de ello, se calcula que en todo el mundo una cifra estimada de 214 millones de mujeres que no planean quedarse embarazadas tienen una necesidad insatisfecha de métodos anticonceptivos modernos. Ellas proceden, en su mayoría, de paises en vias de desarrollo.

Para revertir esta realidad, líderes internacionales miembros de la sociedad civil y el sector privado se han reunido en Londres, en la conferencia Family Planning Summit 2020. Su objetivo: que en 2020, 120 millones de mujeres tengan acceso a anticonceptivos modernos. Una meta ambiciosa que fue fijada hace cinco años. Desde ese momento, 30 millones de mujeres se han beneficiado de este programa.

Estos progresos se ven claramente en regiones como el sur y el este de África, donde por primera vez más del 30% de mujeres tienen acceso e información sobre planificación familiar. Sin embargo, hay menos motivos para el optimismo ahora porque Estados Unidos, el mayor donante con diferencia, ha decidido cortar los fondos de forma drástica al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Donald Trump no lo ha incluido en el presupuesto. Esto repercutiría directamente en 69 de los países más pobres del mundo. “Si Trump está preocupado por empoderar a las mujeres, más allá de simple retórica, que lo pruebe invirtiendo en planificación familiar”, recalcó Melinda Gates en su discurso de apertura. La filantropa y cofundadora de la Fundación Gates reconoció “estar gravemente preocupada” por los recortes de la Administración, sin dejar que esto eclipsara la conferencia.“No importa lo que pase en Washington, hemos hecho una promesa a 120 millones de mujeres y la vamos a cumplir”.

Si Donald Trump está preocupado por empoderar a las mujeres, que lo pruebe invirtiendo en planificación familiar Melinda Gates

Para Gates la autonomía es la clave. “En Etiopía conocí a mujeres que se quedaban embarazadas demasiado jóvenes o demasiado mayores, demasiado a menudo”, indicó. “Muchas de ellas estaban desesperadas por no tener otro hijo, por el simple hecho de que no podrían alimentarle”. Y recordó que, aunque la planificación familiar es un asunto privado, tiene repercusiones globales. "Es una de las inversiones más inteligentes que los gobiernos y el sector privado pueden hacer; los anticonceptivos empoderan a la mujer y ya sabemos lo que ocurre cuando empoderas a la mujer, que transforman sus sociedades”. Al retrasar o espaciar los embarazos, las mujeres en países en desarrollo tienen más posibilidades de acceder a una educación y pueden integrarse en el mercado de trabajo. Esto repercute en sus comunidades y en última instancia en la economía de sus países. El simple hecho de usar un preservativo, además de proteger de enfermedades de transmisión sexual, puede romper el ciclo de la pobreza. También ganan importancia otros métodos como la inyección anticonceptiva, el dispositivo intrauterino (Diu) o la pildora.

Muchos donantes se han dado cuenta. La prueba es que se ha llegado a un acuerdo en el que 69 gobiernos junto con miembros del sector público y privado se han comprometido a crear un fondo de 2500 millones de dólares para 2020. Reino Unido y Canadá están entre los principales donantes. Parte de su donación irá a parar a planes en emergencias humanitarias y campamentos de refugiados.

Por motivos obvios, aquellos países en vías de desarrollo cuya población aumentará drásticamente en los próximos años quieren acelerar el paso. India, por ejemplo, se compromete a invertir dos mil millones de dólares de aquí a tres años, y a aumentar la variedad de anticonceptivos disponibles y a dar acceso y educación en 146 distritos. La mayoría de países del Sudeste Asiático y África Subsahariana tampoco se han quedado atrás. Un país tras otro iban reanudando sus compromisos. Incluso aquellos en situaciones de conflicto, como Sudán del Sur o Chad. “Además de fondos llevaremos a cabo una nueva estrategia de comunicación para cambiar comportamientos sociales”, señalaba la doctora Dinah Nakiganda-Busiku, del Ministerio de Salud de Uganda. El país es un ejemplo en el que los líderes religiosos forman parte activa en los proyectos de concienciación.

“Hay que convertir a los que no están convertidos para que acepten el uso de anticonceptivos”, señalaba Amina Mohammed, Vicesecretaria General de Naciones Unidas. Poner fin a la oposición cultural o religiosa es fundamental. El estigma que supone en muchas comunidades un embarazo fuera del matrimonio lleva a muchas mujeres a arriesgar sus vidas en abortos clandestinos.

69 gobiernos y miembros del sector público y privado que se han comprometido a crear un fondo de 2.500 millones de dólares para 2020

Abordar el embarazo adolescente, de chicas entre 15 y 19 años, es otros de los grandes retos de la planificación familiar. Sobre todo teniendo en cuenta que el 95% de los embarazos precoces ocurren en países en desarrollo. En este sentido las nuevas generaciones abogan por el cambio. Piden tener voz y voto en su futuro. “Una de cada diez mujeres en Filipinas se queda embarazada durante su niñez y su adolescencia, esto se podría prevenir si ellas deciden por sí mismas, en vez de sus familias”, aseguraba Jona Turalde representante del International Youth Council, organización creada bajo el amparo de Naciones Unidas.

Pero no solo los más jóvenes. El diálogo intergerenacional es la base de la transformación. Incluyendo a hombres y mujeres. “No se trata sólo de proporcionar métodos anticonceptivos, las mujeres tienen que comprender y aceptar que tienen derechos reproductivos; ellas tienen que pedirlo, tienen que saber que es su derecho y que su fertilidad está bajo su control”, aseguró Musimbi Kanyoro, procedente de Kenia, Presidente y CEO de la Fundación Global Fund for Women, “Mi propia madre tuvo diez hijos porque no tuvo acceso a la información necesaria; me gustaría que las mujeres de mi comunidad contaran con apoyo y tuvieran otras opciones”, concluyó.

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