_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La periferia en el centro

La globalización se arraiga en lo local, en las metrópolis por las que vagan los refugiados de mundos antaño remotos

Máriam Martínez-Bascuñán
Una mujer en su scooter en Oxford Circus, Londres.
Una mujer en su scooter en Oxford Circus, Londres.DARREN STAPLES / REUTERS

Hemos hablado de las fracturas de la política contemporánea: para entender el retrato de una Francia dividida, por ejemplo, aludíamos a la brecha campo/ciudad. El abandono de la periferia dio a Le Pen el voto rural frente a la preferencia urbanita por Macron. Lógicas similares se repiten en la América de Trump o con el voto nacional-aislacionista de May. Pero ¿y si olvidamos contemplar otras dinámicas ambiguas que seccionan espacios de la modernidad global?

Pensemos en la crisis provocada por el incendio de la torre Grenfell en el corazón de uno de los barrios más ricos de la City. No obedeció a incontrolables fuerzas naturales: la sombra de la austeridad es alargada y las medidas de seguridad en viviendas de segunda no entraban en su agenda. Lo irónico es que el desastre sucedió en el acaudalado distrito de Kensington, pero en unas residencias sociales con los índices de renta más bajos de Inglaterra. Desigualdad extrema en medio de la opulencia londinense.

Saskia Sassen diría que hay lógicas que cortan transversalmente las divisiones académicas que empleamos con excesiva recurrencia, que hay un “nivel subterráneo” donde se articulan dinámicas sistémicas globales que unen lo que en la superficie parece desconectado. Son imposibles de percibir si contemplamos el mundo con viejos clichés. ¿Qué ocurrió con la ajada división entre comunismo y capitalismo ahora que EE UU y China comparten pautas financieras y especulativas? ¿O con la falsa dicotomía entre poder global y soberanía nacional? La modernidad global impone ejecutivos fuertes con soberanías débiles que escapan a esa lógica, más aún cuando acuden al rescate no ya de las bancas nacionales, sino del sistema financiero global.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Lo cierto es que las lentes dentro/fuera no pueden filtrar las nuevas condiciones. La globalización se arraiga en lo local, en las metrópolis por las que vagan los refugiados de mundos antaño remotos. Y lo que antes era “central”, las clases medias, empiezan a precarizarse. Es la paradoja de la periferia en el centro, donde las ciudades globales son “ventanas a esas realidades complejas”. Necesitamos otros ojos para los nuevos paisajes. @MariamMartinezB

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_