Liliana Porter, una mirada sin mesura
ANTE la aparente dualidad del mundo, existen parejas que cuanto más imposibles, tanto más fascinantes resultan. En términos mayores: el sueño y la vigilia, el significado y el significante, la ficción y la realidad. En esas aguas brega Liliana Porter, artista posconceptual argentina que ve por primera vez una retrospectiva de sus trabajos en Europa, organizada por el Artium de Vitoria. Hasta el 27 de agosto, el centro de arte contemporáneo –que se encuentra en plena celebración de sus 15 años de vida– exhibe cerca de un centenar de piezas bajo el título de Diálogos y desobediencias. Las proporciones de muchas de las figuras de Porter (Buenos Aires, 1941) chocan con el espacio que habitan, símbolo posible de una aproximación al mundo cuyas representaciones plásticas ponen en tela de juicio una percepción siempre limitada y subjetiva.
Otra apuesta de la semana:
La naturaleza de la libertad. Viaje al yo más salvaje de la mano de Thoreau.