Una revolución pacífica para una industria limpia
La Fashion Revolution Week se celebra del 24 al 30 de abril
La campaña mundial Fashion Revolution surge tras el terrible accidente en el que murieron 1.133 personas por el derrumbamiento del edificio en Rana Plaza, en Dhacca (Bangladesh). Esta campaña fue fundada por Carry Somers y Orsola de Castro en Inglaterra en 2013. Aquí en España Gema Gómez, fundadora de Slow Fashion Next, es la coordinadora nacional de la campaña. Desde su comienzo en España son cientos las iniciativas y voluntarios que llevamos años trabajando por mejorar las condiciones de este sector en pro del Slow Fashion: Una “revolución pacífica” para una “industria limpia”.
¿Pero dónde, cómo y por qué nace el Slow Fashion?
El movimiento Slow nace a partir del movimiento SlowFood, que se originó en Italia en contra del FastFood. Otras disciplinas, SlowDesign o FashionSlow, se sumaron a esta iniciativa más lenta y respetuosa. Concretamente, desde la disciplina de diseño de moda, el término SlowFashion contrapuesto al FastFashion,fue acuñado por primera vez por Kate Fletcher & Linda Grose:
“El proceso de sostenibilidad obliga a cambiar el sector de la moda. Cambiar hacia algo menos contaminante, más eficiente y más respetuoso que lo que existe hoy en día; cambiar la escala y la velocidad de las estructuras en las que se sustenta y conectarlas entre sí. Este cambio puede llevarse a cabo en multitud de situaciones y de maneras sorprendentes e incluso desconcertantes. A veces, por ejemplo, el cambio parte de una serie de acciones pequeñas e individuales en lugar de nacer en grandes declaraciones internacionales; lo que hace que el cambio esté al alcance de todos“
El FashionSlow contempla tres premisas fundamentales:
- Materiales reciclados, orgánicos/ ecológicos y que no usen tóxicos que contaminen el planeta.
- Diseño ético: Que las condiciones de trabajo de todas las personas implicadas en la cadena de diseño, producción, distribución y venta sean óptimas y dignas. Responsabilidad Social.
- Km0 con comercio de proximidad y local, que no contribuyan a la contaminación ni a la huella de carbono. Y además que genere economía local.
¿Y por qué resultan tan importantes estas tres premisas para la sostenibilidad en el diseño?
Pongamos un ejemplo: El poliéster es una fibra sintética. Su producción genera CO2 y otros gases, consume una gran cantidad de agua y su catalizador es cancerígeno y tóxico para los humanos. Al lavarlo desprende microfibras que van a los ríos, al mar y a los peces que con todos esos tóxicos luego ingerimos. El plástico tarda más de 400 años en descomponerse. Existen otros materiales y alternativas ecológicas como el bambú, cáñamo, lino, algodón orgánico, ortiga, ramio, TENCEL, lana regenerada, algas, piña, café o PET…
Además de la contaminación y toxicidad de los propios materiales, tenemos el problema de la basura que genera la industria de la moda. Se producen 150 mil millones de prendas anualmente. Suficientes para regalar un armario lleno de ropa a cada habitante de este planeta, y sin embargo existen regiones en el tercer mundo, llenas de montañas de basura de ropa.
Sabemos que en un principio puede resultar abrumador intentar ser sostenible. Sin embargo es mucho más sencillo. Se trata de consumir de manera consciente y responsable e intentar generar el menor impacto medioambiental y social posible.
-Es preferible no generar más basura comprando menos y de mejor calidad prendas duraderas que verdaderamente nos gusten, a comprar mucha ropa aunque sea ecológica.
-Es más sostenible practicar el upciclyng o promover mercados de trueque, que llevar la ropa a contenedores de reciclado.
Porque reciclar, como argumentan Michael Braungart y William McDonough en su libro “Cradle to Cradle: De la cuna a la cuna, rediseñando la forma en la que hacemos las cosas”, tan solo es un aspirina que alivia la resaca del sobreconsumismo. Se trata de una iniciativa que pretende cambiar el paradigma de diseño, pues consideran que las tres R del ecologismo (reducir, reutilizar y reciclar) son insuficientes.
Exactamente ese mismo cambio de paradigma, en la industria de la moda, es lo que todos los voluntarios que colaboramos en la campaña Fashion Revolution, pretendemos conseguir. Somos una veintena de personas, que organizados y coordinados por Gema Gómez, apoyamos y gestionamos la campaña desde España
Todos los años, en conmemoración de esa catástofre del 24 de abril de 2013 en Bangladesh, celebramos la Fashion Revolution Week con acciones y eventos repartidos por todo el mundo. Este año en España se celebran eventos en Burgos, Málaga, Madrid, La Rioja, Sevilla, Ibiza, Barcelona, Zaragoza, Andorra, Canarias, Vigo…Podéis ver la agenda en la web oficial y acercaros para apoyar el evento más cercano a vuestra localidad.
¿Te sumas a la revolución más fashion por una industria más limpia y transparente?
Para uniros a esta asombrosa campaña, durante la semana de la revolución de la moda del 24 al 30 de abril de este año 2017, es tan fácil como llevar a cabo estos dos sencillos gestos:
-Hazte un selfie con la ropa del revés (mostrando la etiqueta) compartiéndola en las redes sociales con los hashtags #FashionRevolution, #QuienHizoMiRopa y/o @WhoMadeMyClothes.
- Imprime los carteles oficiales* haciéndote un selfie para compartirlo con los mismos hashtags.
“Fashion Revolution en España, lo formamos un grupo de voluntarios que trabajamos para crear conciencia sobre la falta de derechos humanos y laborales, de una de las industrias que más fuerza laboral requiere. También es una de las industrias contaminantes con mayores impactos medio ambientales. Lo hacemos desde redes sociales, con nuestros recursos educativos, creando eventos sobre estos temas y animando a participar a empresas, marcas y ciudadanos. Animándoles a usar dichos recursos para ampliar esa conciencia”
Gema Gómez
* Los carteles se pueden descargar de forma gratuita en la web oficial : )
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