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el médico de mi hij@
Tribuna
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“Hola, doctor. Nos manda mi hija con el crío...”

Los abuelos son fundamentales en la crianza y en los cuidados de los niños enfermos

Una abuela con su nieto en consulta.
Una abuela con su nieto en consulta.getty

Yo suelo hablar en mis artículos de política, de gestión, de enfermedad infantil o de los grandes temas que rodean la sanidad y la pediatría. Pero en muchas ocasiones disfruto contando lo que me pasa en la consulta, respetando la privacidad de niños y de padres, por muy cómicos o trágicos que pudieran resultar. Y no es nada raro que aparezcan por consulta señores o señoras añosos, de mi quinta o más, que vienen con el bebé y dicen: "Nos manda mi hija con el crío..."

Los padres trabajan y dejan al peque a cargo de los abuelos bien porque no van a la guardería o porque a pesar de ir, enferman con frecuencia y no les admiten en el centro. El caso es que los abuelos son fundamentales en la crianza y en los cuidados de los niños enfermos.

Mucho ha cambiado el papel de los mayores desde que en las sociedades rurales este rol estaba normalizado y estos colaboraban junto a primos y hermanos en el buen cuidado de la chiquillería. Hoy en día, en las ciudades y barrios o pueblos periféricos (no me gusta lo de ciudades dormitorio), la vecina del tercero es tóxica y todo lo sabe, el grupo de WhatsApp no se queda con los niños cuando se ponen malos y como preguntes te ponen la cabeza mala, mandándote a urgencias o llamando al helicóptero sanitario por lo de los mocos. Así que es afortunado el que puede mandar a los niños con los abuelos.

Pero no todo va a ser enfermedad, ya se sabe que la profesión de maestro es muy estresante y necesitan de periodos vacacionales cuando al resto de trabajadores peor les viene. Creo que esto lo hacen para recordar a los padres lo imprescindibles que son. El caso es que llega Semana Santa y te comes a los niños, así que llamas a Seur y vuelves a empaquetarlos con tus padres o los de tu pareja.

No digamos nada del verano, gracias a que funcionan campamentos de verano, campamentos urbanos, granjas escuela, Erasmus infantiles y mil otras actividades para colocar a los peques, se puede solventar el largo periodo estival y puedes tener al menos unos días juntos en familia, claro, está, siempre que se pueda pagar, porque si no habrá que seguir tirando de los abuelos.

¿Y, qué dicen ellos? Yo cualquier año de estos seré abuelo, el martes fue mi cumpleaños y el asunto me pilla algo sensible. No por quedarme con mis nietos, llevarlos de aquí para allá, cuidarles o contarles cuentos, sino por las preguntas que me hago: ¿qué papel tienen reservado a los abuelos de hoy en día? ¿Qué me espera como abuelo? ¿Cuál será mi participación en la vida de esos pequeñajos que llamaré nietos?

Yo solo conocí a mi abuela materna, que me enseñó a leer antes de ir a la escuela (antes el cole empezaba a los 6 años) y luego decidió irse tempranamente.

Ese señor o señora que entra en mi consulta y como os decía, antepone el "me manda mi hija..." es muy variado. Los hay que no se pringan, son "mandaos" varones o hembras a los que se les ha dicho lo que tienen que preguntar y vienen a por una respuesta que transmitirán diligentemente a los progenitores, que para eso lo son. Solo intervienen como intermediarios o mensajeros.

Los hay que avisan: "Ya sé que no es nada, pero mi hija ha insistido en que viniera". Estos tienen más peligro, son los "calzonazos" porque son conscientes de que la preocupación de los padres no era importante o la han minimizado, pero no tienen valor para llevarle la contraria a sus hijos.

Otros, sin embargo, medran y llevan al peque porque su madre no se preocupa y como, al fin y al cabo, quien lo cuidan son ellos, no se quedan tranquilos, prefieren molestar: "Yo le veo muy flaco pero a su madre no parece importarle". Estos son decididos, pero nefastos, porque quitan la autoridad y la confianza a los padres.

Me gustaría saber de los que no conozco, de los que actúan como filtro de las múltiples inseguridades normales y habituales de todo padre primerizo. A esos no los veo o los veo mucho menos en la consulta, evidentemente, porque me llegan ya tamizados. No porque sean menos, que seguro que no, pero pasan desapercibidos, son los "eficientes", los que actúan como abuelos.

El abuelo debe participar en la educación de los niños, no debe quedar aparte y no debe limitarse a dar chuches y malcriar. Enseñar en valores y experiencia es fundamental para los pequeños. El cariño y la firmeza que te da la edad, alejada de las inseguridades y agobios de la maternidad y paternidad primeriza y de la juventud, debe ser un apoyo más que interesante y necesario.

El abuelo no solo está para el rescate ante imprevistos, no es un mayordomo a las órdenes de los hijos, sus opiniones y su colaboración deben ser valoradas y respetadas. Muchos padres exigen de los abuelos que sigan la misma línea educativa que ellos practican, sin dar cabida a la variedad y diversidad de otras formas. Los padres deben ser sabios para educar a sus hijos, permitiendo que los mayores participen y sobre todo dándoles la autonomía y la autoridad cuando los críos están en sus dominios. Tratar de controlar todo al detalle sin estar presente es perjudicial para todos.

Obsérvese que utilizo el masculino en demasiadas ocasiones, es lo que me toca y me niego a la tontuna políticamente correcta de repetir mil veces abuelos y abuelas, pero cámbiese por abuela en tantas ocasiones como se desee que también funciona.

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