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el médico de mi hij@
Tribuna
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Estamos medicalizando la infancia

Un gesto, un mimo, una actitud diferente de los padres es más sanador que cualquier otro placebo inútil o una medicación innecesaria

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Hace ya seis años que un equipo de profesionales formado por pediatras, enfermeras, odontólogas, psicólogas, fisioterapeutas, maestros y docentes de todo tipo trabajamos en la red respondiendo y atendiendo consultas, de lo más dispar, de padres y madres. De progenitores que intentan solucionar sus dudas a través de un medio cercano y a mano como es Internet. Primero fue en el grupo de Facebook El médico de mi hij@ y desde hace 20 meses en Mamicenter.

En muchas ocasiones, hemos atendido consultas sobre enfermedades infantiles en zonas de difícil acceso a un médico, lugares del mundo donde ir a consulta cuesta mucho dinero y son muchos los kilómetros que hay recorrer para llegar a urgencias. O cuando los padres intuyen que no es demasiado grave lo del peque, pero los síntomas causan desazón y agobio y no saben cómo interpretarlos a ciencia cierta. Igualmente, recibimos consultas de esas que no pueden esperar pero solo pueden conseguir citas para mañana o para varios días después, o durante el consabido fin de semana, tras la respuesta de "hasta el lunes no viene el médico".

Para ayudar a los padres en la tarea de encontrar información útil, fiable y basada en la evidencia científica, y a la vez, crear una comunidad donde profesionales y familias se enseñen los unos a los otros, nació la web Mamicenter (evolución del grupo de Facebook El médico de mi hij@). En él, profesionales de todos los campos relacionados con la salud infantil atienden a las dudas que nos pueden surgir en el día a día de forma gratuita.

En otras ocasiones, las preguntas vienen derivadas de una consulta previa al pediatra para reafirmar o intentar entender algo que no quedó claro. Los padres han estado ya en el médico, pero no les cuadra la dosis, dudan del tratamiento o, lo peor en estos casos, no le ha mandado nada. Detectamos lo mismo que vemos en nuestras consultas presenciales a diario: la sensación de vacío y abismo que produce en muchos padres el no recetar nada.

¿Cómo es posible que en pleno siglo XXI no haya nada efectivo para los males de su peque? ¿Por qué no le manda el médico antibióticos? Algo, lo que sea, algo habrá que darle. En muchas ocasiones, el uso de antitérmicos, como el paracetamol o el ibuprofeno, es común en las casas como solución para todo. Algo es algo, al menos los padres tienen la sensación de estar sanando a su hijo.

No sé si la labor que hacemos cientos de profesionales en las redes, en servicios como Mamicenter o similares, en webs de calidad, páginas que atienden dudas y pretenden informar y formar padres, acaba siendo una labor a favor o en contra de tanta medicalización.

Ley de cuidados inversos, más atención al que más tiene

Carentes, como estamos en nuestro país, de cualquier campaña institucional dirigida a dar conocimiento y promover la salud más allá de poner a correr a la gente y fomentar el ejercicio, algo que sirve más para vender zapatillas y ropa de gimnasio que para evitar otros males, se echan en falta mensajes que tiendan a evitar el abuso de medicaciones. No el uso, sino el abuso.

Mensajes como "consulte con su médico, consulte con su farmacéutico" son castradores. "No haga nada, no piense, no tome decisiones sin consultar con el experto que él sabrá mandarle algo que usted necesita". Mensajes consumistas que encierran el objetivo final, que siempre es comprar algo. Todo esto conlleva hipertrofiar el sistema: cada vez hacen falta más expertos, más médicos, más pediatras, más enfermería... Ya nadie cura una rodilla herida tras una caída, simplemente, se acercan a su enfermera o a urgencias para que les curen.

En este contexto, la proliferación de servicios en Internet puede ser una solución respondiendo y contestando esas dudas, así como aliviando las ansiedades paternas y evitando, en muchos casos, la consulta presencial. Pero esto no quita que seamos al fin y al cabo parte de un sistema inflando. Parte de esa oferta castradora que da soluciones a través de la red y nos convierte en el experto online al que consultar para no tener que pensar, ni tomar decisiones.

Tanto en El médico de mi hijo como en Mamicenter hemos repetido hasta la saciedad mensajes tranquilizadores para una crianza sin agobios, educación respetuosa con la infancia y la salud, donde se potencien los cuidados y no los medicamentos o los remedios milagrosos.

Un gesto, un mimo, una palabra, una actitud distinta de los padres es más sanador que cualquier otro placebo inútil o una medicación innecesaria. Dedicar unos minutos y una atención, aunque sea a través de la red, puede ser más tranquilizador que los 10 segundos usados en rellenar una receta.

Porque creemos en todo esto, este grupo de profesionales seguirá con su labor altruista. Allá donde estemos, nuestro objetivo debe ser inundar las redes con mensajes de calidad basados en la ciencia, la experiencia y la evidencia científica. Información veraz para que padres y madres recientes encuentren en sus búsquedas métodos respetuosos con la infancia para crecer en salud, alejados de consumismos innecesarios o de medicalización. Y aprendiendo que los cuidados son la base de un desarrollo saludable.

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