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Bonarda Pura 2013 y el Verde Michelini

Leandre escorsell

UN LIBRO reciente y ya imprescindible de Josep Roca e Imma Puig, Tras las viñas, apunta cómo conocer a nuestro viñador, Matías Michelini. Ahí declara este que “la naturaleza nos enseña las cosas sencillas: humildad, capacidad de observación y de comprensión; asombro, placer y experiencia; nos da vida, aromas y afecto”. Cuenta El Verde Michelini que los vinos que nacen de una actitud así transmiten una fuerza y una energía que pone la piel de gallina. No es necesario hablar: cuando uno siente que es así, el mundo se detiene. Del Bonarda Pura 2013 enamora su perfil de trago amable y fácil, de aperitivo que invita a abrir almas y reparar estómagos. Tiene el perfume del orégano y del laurel seco en la cocina. Es silvestre y ajeno a las preocupaciones, ácido y limpio, honesto. La botella adelgaza la maceración carbónica de la uva y la transforma: era un océano de fruta roja y, ahora, las aguas pasan por un desfiladero tapizado con cerezas y violetas.

Ficha técnica

Passionate Wine, Vía Revolucionaria, Bonarda Pura 2013. Mendoza (Argentina)

– Con 10,5% de alcohol. En 2013, el parral de uva bonarda del que sale este vino cumplió 30 años. Está en La Arboleda (Tupungato, Mendoza), a 1.200 metros sobre el nivel del mar, donde la uva explota en sabores gracias a la maceración carbónica. Su crianza es la botella. Precio: 18,60 euros.

Sensaciones

– El arco iris andino despliega ante los ojos atónitos franjas de chocolate, zarzamora, arándano negro y vida. No hay distracciones innecesarias. Solo cielo y tierra, uva y vino: el alma de Michelini.

A través del cristal

– Bandeja de mármol y servilleta de lino de Matèria. Botella de la serie Bouzy y copa degustación para Pinot Noir, ambas de Cristal de Sèvres.

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