El Tajo agoniza
El río Tajo, en su tramo medio, se encuentra agonizante. Ha dejado de ser un ecosistema vivo para pasar a ser una alcantarilla a cielo abierto. A su paso por la ciudad de Toledo el río tiene escaso caudal, siendo mayoritariamente aguas residuales que, cuando son agitadas levemente por los azudes (mini presas), provocan espumas y mal olor. La rica fauna acuática ha desaparecido y el bosque de ribera se ha secado. El agua limpia de la sierra de Madrid “se lo bebe” la capital; y el río, en este tramo, no es río, es una sucesión de embalses de centrales hidroeléctricas. Y lo más grave y dañino: el desvío de sus puras aguas de la cabecera al trasvase Tajo Segura. Se ha creado una economía insostenible en el sureste de España basada en regar con agua “barata” porque el de las desaladoras es más cara. ¿Hasta cuándo se va a tolerar esta atrocidad ecológica, económica y social?— Emilio Rubio Hidalgo. Toledo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.