Carmen Linares y Pablo Suárez, el verso libre del flamenco y el jazz

ANTES DE saber que sería pianista de flamenco y jazz, Pablo Suárez ya se había prendado de la voz de Carmen Linares. “La escuché en un programa de televisión cuando yo tenía 12 años y se me quedó grabada”. En 2009 le llamaron para tocar el piano con la cantaora y se puso nervioso. “Una mezcla entre susto y admiración”, recuerda. Preparaban el espectáculo Oasis abierto, en homenaje al poeta Miguel Hernández, y desde el primer ensayo, conectaron. “Como si lleváramos tocando…”, Linares se adelanta a Suárez y completa la frase: “de siempre”. En aquel encuentro se fraguó la elaboración de Verso a verso. Un disco de flamenco y jazz que pone voz a 14 poemas hernandinos.

Los temas compuestos por Linares, como Andaluces de Jaén, se mantienen más fieles al cante jondo. En los que ha compuesto él, como Tres heridas, eclosiona la fusión. Al tradicional guitarreo se suman el piano de Suárez, el contrabajo de Josemi Garzón y la batería de Karo Sampela, componentes del Camerata Flamenco Project. “Está todo previsto para que Carmen siga siendo ella, pero la riqueza instrumental le da un punto de refresco al álbum”, explica Suárez, que es también el productor. Cuentan que trabajar juntos ha sido muy fácil. “Pablo no es un músico que va a lucirse, y eso la voz lo agradece”, dice la cantaora, de 66 años. “A Carmen le encanta aprender y se adapta bien a lo nuevo”, apunta el compositor catalán.

La misma compenetración se percibe cuando actúan. El pianista sale a escena sin partituras. Sus manos se deslizan entre las teclas, persiguiendo la voz rasgada de Linares. “Hay una base musical, pero el flamenco es muy de seguir. Voy donde va ella”, narra. “Pablo conoce el código del flamenco y me hace sentir muy cómoda. En el escenario, le miro, y él ya sabe”.