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Más altos, fuertes, atractivos y sabios: los calvos dominarán el mundo

Según la ciencia, los maduritos sin pelo siempre ganan. ¿Por qué nuestro cerebro valora tan positivamente a los hombres con bola de billar?

El tema del pelo trae de cabeza a la mayoría de los hombres. No es para menos, considerando que muchos de ellos verán desaparecer su melena en algún punto de sus vidas a partir de los veinte años. Pero aunque estemos rodeados de productos que pretenden luchar contra la alopecia o camuflarla, lo cierto es que este, como el resto de complejos, está completamente injustificado: la ciencia confirma que los calvos nos resultan más atractivos.

La causante de que la caída del pelo les afecte principalmente a ellos es la testosterona, hormona sexual masculina, que está relacionada con “la miniaturización del folículo piloso, lo que provoca un acortamiento progresivo de la fase de crecimiento del cabello, que pasa de durar aproximadamente tres años, a extinguirse”, explica Cristina de Hoyos, dermatóloga y directora técnica de Clínicas Ceta. Aunque con una mayor incidencia en los hombres, aproximadamente el 40% de las mujeres de más de 70 años también lo padecerán, frente al 80% de los varones.

Muchos no lo aceptan y lucharán toda su vida contra la alopecia, tratando de recuperar ese atractivo que sienten perdido pelo a pelo y con el paso de los años. Otra cosa es que la merma de sex appeal sea o no real, algo tan cuestionable como para captar el interés de diferentes investigaciones científicas. Uno de los estudios más sonados lo ha realizado Albert E. Mannes en la Universidad de Pensilvania (EE UU). Este científico midió cómo afectaba a la percepción de los demás que los hombres se raparan la cabeza y concluyó que los hombres sin pelo eran percibidos como más altos, más fuertes y más dominantes, por lo tanto, más atractivos, que la propia versión de sí mismos con pelo.

Por qué percibimos de este modo a los calvos podría tener una explicación antropológica y cultural, apunta la psicóloga Arantxa Cámara: “Habría que empezar diferenciando entre lo que nuestro cerebro entiende como atractivo y el gusto particular de cada uno”. Según la especialista, al menos en el caso de las mujeres, esto funciona: “El cerebro femenino valora como positivas las cualidades atribuidas a los calvos (fuerza o dominancia) para la atracción sexual”. Y por otro lado está “lo que la sociedad relaciona como símbolo de poder y éxito profesional, un arquetipo donde también se posiciona el hombre calvo, gracias a la influencia de los medios”.

“La estética de la calvicie ha evolucionado a lo largo de la historia, desde considerarse una desgracia hasta convertirse en símbolo de purificación, intelectualidad, dignidad o potencial de seducción”, explica por su parte Domingo Delgado, psicólogo experto en coaching de imagen. Aunque, evidentemente, en algo tan subjetivo como el atractivo físico no puede existir consenso, así que este experto tiene sus reservas a la hora de generalizar el gusto por los rapados. “Es cierto que la calva provoca un impacto visual y una apariencia más dura, directa y dramática, pero pese a los estudios y estadísticas que avalan que este tipo de estética proyecta un mayor atractivo e inspira mayor vigor sexual, según mi experiencia, esto no es una norma”.

Pero aunque pueda existir quien se resista su encanto, la calvicie no provoca un rechazo completo: lo que pierden en sex appeal, lo ganan en inteligencia. En un estudio realizado en colaboración con la cadena europea de tratamientos médico-estéticos capilares Jürgen Schillo, los hombres se percibían como sexualmente menos atractivos y con apariencia mayor (especialmente por las mujeres); sin embargo, simplemente por su esto, se les daba por hombres más inteligentes y sabios, además de sexualmente fieles e incluso mejores padres.

Llévelo con naturalidad

Y la fascinación es aún mayor cuando el afectado lo asume sin obsesionarse: llevarlo con naturalidad, e incluso raparse adelantándose al desenlace de la propia biología “le hará parecer mucho más interesante y atractivo de lo que era antes, ya que transmitirá una personalidad segura e intelectual”, afirma la asesora de imagen Toñi Jara, directora de Instituto 42 y profesora de la Universidad Católica de Murcia (UCAM).

No siempre es fácil. “La pérdida de cabello también afecta a la autoestima y al concepto que tiene el hombre de sí mismo", aclara Domingo Delgado. Llegados al punto de no retorno, el calvo hará bien en asumirlo: por mucho que hagamos malabarismos con los tratamientos o aprendamos a disimular lo que está ocurriendo, “si tú no te sientes elegante, tu imagen externa no lo hará por ti. Raparse o no es una decisión personal: lo más importante es estar a gusto con uno mismo. No hay mayor atractivo que la autenticidad, lleves coleta o una preciosa y resplandeciente calva”, concluye el coach.

Como dice Domingo Delgado, “será el estilo personal el que matice o potencie los aspectos de la personalidad del hombre calvo”. Para ayudarle si es un recién unido al club, Toñi Jara propone algunos consejos estéticos para que se sienta más a gusto con su nueva imagen: la experta asegura que, en caso de querer raparse, hacerlo al uno o al dos "rejuvenece y proyecta muy buena impresión". Asimismo, apoya el uso de gorros, gorras y sombreros: "darán un toque de estilo y personalidad en cualquier época del año", y sobre todo en esta época de moda hipster, "es recomendable considerar la barba como una aliada". Pero más allá de los consejos estéticos, lo que le hace realmente atractivo es lo que usted ya sabe: está estupendo con pelo y sin él.

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