Por qué solo deberías leerme si eres adulto
Se sorprenderían de las artimañas utilizadas contra la educación sexual
En más de una ocasión recibo muchas críticas por escribir bajo el auspicio de un cartel que anima al lector a no seguir leyendo si es menor de edad. Ni mucho menos me escondo. Evito denuncias.
Quien me conoce y me lee dice que escribo como hablo. Poco eufemismo. A veces me citan para hablar de comunicación y sexo. La próxima será en el Foro La Región. (Ourense, muero de ganas) El poco mérito que tengo es que hablo de sexo con la misma tranquilidad que si hablara de gastronomía. Reconozco que uno de mis entretenimientos favoritos es aprender las diferentes maneras de decir "polla", "coño" y "follar", considerando que solo si tenemos suerte, conseguiremos un "empotramiento". No voy de lo que no soy ni pretendo sentar cátedra. Solo busco que me lean hasta el final. Como en los buenos polvos.
Pero hay quien implora evitar que follemos con quien nos dé la gana o ¡aún peor! que seamos felices. Son los que dicen que el sexo solo es bueno si es para procrear. Y siempre con una persona del sexo contrario; única y exclusivamente por dónde corresponde. Margarita lo explicó maravillosamente en la COPE. Llevo diez años deseando seguir escuchando a esta madre de familia que se manifestó contra el matrimonio homosexual. Su opinión sobre la masturbación femenina debe de ser sobrecogedora. Si alguien la conoce, ruego que me la presente.
Es el sexo de la santa madre Iglesia, bajo el auspicio del franquismo, al que solo le bastaba un gemido. Pilares de un pensamiento que considera que el sexo es el peor de los pecados (no cometerás actos impuros). En 1990 hubo quien puso a Dios por testigo por uno de los anuncios más honestos y responsables para el uso del preservativo. Aún recuerdo a Carmen de Alvear, entonces presidenta de la CONCAPA, acompañada en las tertulias de ¡su hija! clamando al cielo por semejante ofensa.
¿Quién era el Ministerio de Asuntos Sociales para recomendar un método anticonceptivo? Matilde Fernández era la ministra, de hecho. ¿Pretendían evitar la llegada de niños enviados por el mismísimo Dios? ¿Ambicionaban enseñarnos cómo protegernos de las enfermedades que se contraen pecando? Ni siquiera los casi 3.000 muertos que llevábamos a cuestas por el VIH/SIDA hicieron languidecer ni un discurso en contra. Bastaba que el entonces papa, Juan Pablo II, repudiara el uso del preservativo para que el virus campara a sus anchas, embarazos no deseados incluidos. Esta pésima educación sexual, favoreció que desde 1981 hasta 2008, 52.147 personas murieran en nuestro país. Como si ahora exterminaran a toda la población de Huesca capital. Unos murieron por el intercambio de jeringuillas, otros por follar sin condón.
Afortunadamente las campañas de publicidad de los métodos anticonceptivos, ya no son ningún escándalo. ¡Alabado sea el Señor!
Hazte Oír es una de asociaciones más activistas contra la diversidad sexual. Basta que se crucen con cualquier relación fuera de la heterosexualidad para que desenfunden y disparen. No son los únicos. El Centro Jurídico Tomás Moro, ha denunciado a la Fiscalía la campaña de publicidad firmada por Chrysallis mostrando niños y niñas transexuales. Argumenta corrupción de menores. Lástima no implorasen justicia por los delitos de pederastia cometidos por sacerdotes. Lástima.
No les extrañe que pida (casi por contrato) que me protejan con el cartelito que avisa de que solo me lean si son adultos. Ruego, por favor, que no se enfaden. No saben cuánto agradezco que consideren que estas líneas deberían leerse en página impar y a cinco columnas. Pero ese molesto cartel es el que me protege para que yo pueda seguir contándoles todo esto.
A mí y a usted, que ha decidido saber más sobre sexualidad y aspira a vivirla en libertad, deberían protegernos las leyes de nuestro país. Piénselo la próxima vez que deposite un voto en una urna y en vez de recriminarme la mierda del cartelito cada vez que publico, no permita el postureo político.
Con suerte, nuestros hijos serán educados en la diversidad sexual; esa en la que tenemos los mismos derechos y obligaciones los heterosexuales, las lesbianas, los gais, transexuales, bisexuales e intersexuales. Creemos una sociedad con adultos libres, honestos e infinitamente más sanos mentalmente que todos estos que ven a la Virgen.
Como sostiene Guillermo Arriaga, "tu calidad humana no puede depender de la calidad humana de los demás".
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