Alargar el tiempo en una isla mitológica
COCO CHANEL vivió más de 30 años en la séptima planta de un hotel de lujo de París. Allí recibía a sus clientas y amigos, pese a que disponía de un apartamento en la capital francesa. Alargar la estancia en un hotel ya no solo depende del motivo que te haya llevado hasta allí, sino de la experiencia que el establecimiento te ofrezca. Una idílica habitación con vistas se acaba convirtiendo en un destino en sí misma. En España, según cifras oficiales de este año, la estancia media en un hotel es de 3,25 noches. La cifra ha ido aumentando, favorecida por la atención personalizada y el cartel de ofertas de ocio y de experiencias que presentan las cadenas hoteleras. Esa es la línea de todo el portfolio de 30 marcas de Marriott International, que incluye una propuesta amplia y variada para invitar al huésped a quedarse indefinidamente.
Despertar como un dios griego
Cuenta la mitología griega que el rey Minos prometió a Poseidón que sacrificaría lo primero que brotara del mar. El dios de las aguas hizo surgir un toro, pero Minos lo encontró tan hermoso que lo dejó en libertad. Minos, hijo de Zeus y de Europa, reinaba sobre Creta. Amante de la familia, bautizó con el nombre Kydonia uno de sus asentamientos en honor de su nieto Kydon. Hoy se conoce como Chania y presume de ser la ciudad habitada más antigua del mundo. El lugar donde todo comenzó y donde la vida ahora parece detenerse. Junto al mar de Creta está el hotel Domes Noruz Chania, Autograph Collection, uno de esos establecimientos que invitan a creer en las leyendas. Este resort de cinco estrellas, que combina decoración tradicional griega y contemporánea, tiene como lema “ver Chania a través de una nueva luz”. Sus habitaciones con piscina privada permiten vivir lo que la cadena de hoteles Marriott International denomina #MomentosMarriott, la experiencia de algo genuino y único. Allí el horizonte del Mediterráneo se convierte en tu compañero de estancia. Los conciertos de jazz que el hotel organiza en la playa, los cócteles de su bar o los paseos en helicóptero por la bahía de Samaria te harán sentir en el Olimpo.
Sabores venecianos ‘handmade’
La Isla de la Rosa (Isola delle Rose) es un terreno privado en Venecia que acoge uno de los hoteles más exclusivos de Europa, el JW Marriott Venice Resort & Spa. Su piscina infinita de 360 grados con vistas al skyline veneciano o sus rutas organizadas en bici por el resort provocan uno de esos #MomentosMarriott por los que el huésped desea alargar su estancia. Como también lo hace su gastronomía. “L’appetito vien mangiando” (el apetito viene comiendo), dice el proverbio italiano. Y de este hotel, además de disfrutar de grandes restaurantes como el Dopolavoro, del chef veronés Giancarlo Perbellini, con una estrella Michelin, se puede salir con amplios conocimientos sobre sabores italianos. La Sapori Cooking Academy es una de las actividades que ofrece a sus clientes, un curso de cocina en el que los alumnos comienzan comprando pescado y verduras en el famoso mercado Rialto de Venecia y terminan elaborando una deliciosa pasta gracias a la ayuda del chef Micki. Durante las clases, los asistentes aprenden secretos de la cocina veneciana, incluidos los famosos cicchetti, pequeños aperitivos habituales de la ciudad de los canales que se disfrutan como en un auténtico bacari (bar) italiano.
Los cócteles, mejor con vistas
“Es un signo frente al mar, un foco metido dentro del Mediterráneo, una señal de entrada sobre el agua a Barcelona. Quizá sea el edificio más sexy que he creado; en la arquitectura también puede estar presente el erotismo”. Ricardo Bofill, el arquitecto que diseñó el hotel W Barcelona, sabe de la importancia del horizonte y del valor del tiempo. Por eso pensó sus espacios para que las tardes y las noches aquí fueran casi eternas. Este hotel tiene varios lugares donde dejar que el atardecer se alargue. En su planta 26ª está Eclipse (http://www.eclipse-barcelona.com), con música de DJ, vistas panorámicas extremas, cócteles a raudales y cocina japonesa. Es el lugar donde los cazadores de tendencias acampan. Pero también está el Wet Bar, en la terraza, para animar la velada con luces bajas, música en directo y hamacas que miran a la playa de la Barceloneta. Y para los que buscan un ambiente más íntimo, el W Lounge, rodeado de imágenes del artista Carnovsky con fondo de house discreto y relajado. Tres lugares, dentro de un mismo hotel, símbolos de los #MomentosMarriot.
La academia del bienestar
En muchas ocasiones un hotel es como un amigo. Los cuidados exclusivos y la atención cercana al huésped van más allá de un desayuno perfecto o unas sábanas blancas de hilo egipcio. Ahora los hoteles se preocupan por tu salud. El Budapest Marriott Hotel ha creado para sus huéspedes lo que llama World Class Health Academy, un centro de entrenamiento y salud que incluye un exclusivo spa con vistas al río Danubio, el gimnasio más bonito de la capital húngara. Con tratamientos faciales, corporales y masajes ofrece un interesante circuito de aguas termales, en un país donde hay más de 130 tipos de fuentes terapéuticas que ayudan a prevenir enfermedades. Hacer ejercicio frente al castillo de Buda es lo más parecido a esos #MomentosMarriott que se terminan compartiendo en las redes sociales.
Compras, ópera y dulces austriacos
Aquí han vivido personajes como Winston Churchill o el duque de Westminster. Es el lugar con los alquileres más altos de Londres, pero también un barrio residencial donde pasear se convierte en una experiencia propia de una novela de Anne Rice. En Mayfair todo se detiene, excepto una cosa: las compras. Los huéspedes del London Marriott Hotel Park Lane lo conocen bien. Situado en el corazón de esta área aristocrática, a un paso de Hyde Park, el hotel es el enclave perfecto para hacer compras en las firmas de moda más exclusivas o conocer edificios emblemáticos que lo rodean como la Real Academia de las Artes o la Casa-Museo de Händel. Vivir el corazón de Londres desde un lugar estratégico, otra experiencia a incluir en los #MomentosMarriott . Lo mismo que en el Vienna Marriott Hotel, ubicado en la impresionante avenida de Ringstrasse, en la capital austriaca, a unos minutos de distancia de la Ópera y de la Catedral de San Esteban. Un cinco estrellas con premio especial: su Parking Restaurant es uno de los espacios gastronómicos emblemáticos de Austria. Su brunch es conocido en toda Viena. Y no hay que dejar de probar sus plätzchen, las divertidas galletas austriacas.
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