La ESA intenta evitar una colisión con un viejo satélite soviético
El satélite Swarm-B se prepara para esquivar un fragmento de chatarra espacial que podría arruinar una misión de 220 millones de euros
Los restos de un viejo satélite soviético lanzado en 1970 amenazan a un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), que está estudiando cómo esquivar el fragmento de basura espacial y evitar una colisión que podría arruinar una misión de 220 millones de euros.
En 60 años de actividad espacial, se ha acumulado en torno a la Tierra un vertedero con más de 6.000 toneladas de chatarra que supone un problema creciente para las agencias espaciales y los operadores de satélites comerciales. El fragmento identificado es solo uno entre más de 23.000 objetos de basura espacial conocidos que orbitan en torno a la Tierra y que suponen una seria amenaza para los aparatos en activo. Más allá, puede haber más de medio millón de fragmentos de menor tamaño sin identificar.
La ESA recibió hace unos días una alerta del Centro de Operaciones Espaciales de las Fuerzas Armadas de EE UU sobre la posible colisión. El fragmento proviene del satélite de la URSS Cosmos 375, que explotó en pedazos, y es un viejo conocido de los expertos en basura espacial, pues sus restos ya han amenazado a la Estación Espacial Internacional en otras ocasiones, según AFP.
La agencia europea planea activar hoy los propulsores de su satélite Swarm-B para elevarlo y evitar el riesgo de que la pieza de chatarra, de unos 15 centímetros, pueda destrozarlo. La misión Swarm, lanzada en 2013, está compuesta por tres satélites idénticos que estudian el campo magnético de la Tierra.
En torno a la Tierra hay un vertedero con más de 6.000 toneladas de chatarra
El cruce con el fragmento está previsto para mañana a las 00:10, hora peninsular española. Los responsables de la misión ya han enviado al satélite Swarm-B los comandos automáticos para que, unos 47 minutos antes, se eleve 35 metros sobre su órbita habitual, con lo que el trozo de basura pasará unos 750 metros por delante del satélite y unos 55 metros por debajo del mismo, lo que reducirá la posibilidad de choque a menos de una entre 10.000, el estándar de seguridad que siguen la ESA y otras agencias espaciales para proteger sus misiones en estos casos. Es una distancia “cercana en términos cósmicos, pero segura dadas las incertidumbres”, ha dicho hoy la ESA en el blog del Centro de Operaciones Espaciales.
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