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Todo Feo acusa de ser más corrupto a Todo Horroroso

Una red brasileña de sobornos utiliza un sistema de motes para identificar a los políticos

Tom C. Avendaño
La sede central de la empresa Odebrecht en São Paulo, Brasil.
La sede central de la empresa Odebrecht en São Paulo, Brasil. Paulo Whitaker (REUTERS)

El Anacardo, el Primo, el Gato de Angora, el Corredor, el Misericordia, el Griposo… Para disimular los sobornos que durante años pagó a políticos brasileños, la empresa Odebrecht tenía un sistema de motes. No es lo más importante de lo que confesó, hace dos semanas, un ejecutivo de la compañía acusado de corrupción: lo importante es que después de la suya vienen las delaciones de otros 76 directivos. La acusación del fin del mundo, como se la conoce, ya ha estremecido los cimientos de la política brasileña por la cantidad enorme de dirigentes a los que afecta. Pero los motes son lo que más revuelo ha causado en las redes. Lucio Vieira Lima, un diputado tirando a orondo, es El Gigante. Heráclito Fortes, que tiene una de esas caras con más mandíbula que frente, y al que, cuando grita en el Senado, solo se le ve una boca desmedida, es Bocamole. Paes Landim, que va a cumplir 90 años, es El Decrépito. Hay un Campari, como la bebida, un Botafogo, como el equipo de fútbol, y un Babel. Y luego está Inaldo Leitão.

Este hombre, que fue diputado en Bahía y al que se acusa de haber recibido 100.000 reales (unos 29.000 euros), era uno más en la lista. Los hay acusados de llevarse más dinero y quienes lo han negado todo más rápido (lo han hecho todos, al final). Pero Leitão fue el protagonista de la semana pasada por ser el único que ha desmentido, además, que su mote sea cierto: según una entrada en su Facebook, que él sea Todo Feo es “que no es así”. Y defiende que el ejecutivo que le acusa es más corrupto que él y más feo además, y que, de hecho, debería tener el mote de Todo Horroroso.

Este mensaje se volvió viral los primeros días que se conoció la magnitud de la corrupción de Odebrecht porque muchos creen que el mote es efectivamente el apropiado para el aspecto de Leitão. Hay también una diputada llamada la Fea, pero ella no se pronunció al respecto. A los pocos días de su momento de gloria, Leitão desapareció. Cuando se acerca el fin del mundo, todo lo que pide el cuerpo es una distracción.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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