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Víctor Vargas, un aristócrata en la Venezuela chavista

Tras su interrogatorio policial en Caracas, los focos se fijan en el suegro de Luis Alfonso de Borbón y su lujosa vida

Víctor Vargas, con su hija Margarita y su yerno Luis Alfonso de Borbón.
Víctor Vargas, con su hija Margarita y su yerno Luis Alfonso de Borbón.GTRES

La de Víctor Vargas es una de las mayores fortunas venezolanas, apenas eclipsada por los patrimonios todavía mayores de Lorenzo Mendoza —presidente de la agroalimentaria Empresas Polar—, Gustavo Cisneros —propietario de un emporio comunicacional—, y del banquero Juan Carlos Escotet. Pero, a diferencia del trío de compatriotas que suele aparecer en la lista de Forbes de los hombres más ricos, Vargas cuenta con credenciales de nobleza: su sangre corre por las venas de Eugenia, Luis y Alfonso, los hijos de Luis Alfonso de Borbón, potencial heredero de las coronas de Francia y de España.

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En 2004 la hija menor de Vargas, María Margarita, se casó con el bisnieto de Francisco Franco e hijo de Carmen Martínez-Bordiú en una fiesta, amenizada por Juan Luis Guerra, para 1.500 invitados en La Romana, República Dominicana. El enlace fue el acontecimiento a partir del cual el empresario, hombre fuerte del Grupo Financiero B.O.D. —sexto banco del ranking venezolano—, empezó a firmar como Víctor de Vargas e Irausquín. Curiosamente, el abogado y financiero nacido hace 64 años en Barinas —la provincia de los llanos venezolanos de donde también era originario Hugo Chávez—, le sacaba brillo a su linaje al mismo tiempo que iniciaba una alianza con la revolución chavista.

Desde dos posiciones institucionales, las presidencias de la Asociación Bancaria de Venezuela y del Consejo Bancario Nacional, se ocupó de apoyar, tanto en público como en gestiones privadas, algunas de las más controvertidas medidas de la Revolución Bolivariana en el campo de la economía. Quizás como contrapartida, sus negocios experimentaron un crecimiento desde que el chavismo se hizo en el poder.

El pasado domingo, esas relaciones de privilegio con el poder político se revelaron todo lo peligrosas que podían ser. Al llegar de viaje del exterior, Vargas fue llevado por agentes de seguridad al cuartel central de la policía política en Caracas e interrogado durante más de dos horas. Aunque no se informó sobre el motivo de su detención, al parecer forma parte de las investigaciones que adelantan los servicios de inteligencia sobre el apagón ocurrido el 2 de diciembre en la principal plataforma de pagos electrónicos en el país, que maneja la empresa Credicard, propiedad en un tercio de Vargas. Dos días más tarde, el martes, los gabinetes de comunicación que trabajan para Vargas se apresuraban a precisar que el banquero no había sido arrestado sino “invitado a conversar” con las autoridades policiales.

Luis Alfonso de Borbón y María Margarita Vargas durante el rastrillo Nuevo Futuro 2016 en Madrid.
Luis Alfonso de Borbón y María Margarita Vargas durante el rastrillo Nuevo Futuro 2016 en Madrid.Gtres online

Abogado de formación, graduado en una universidad jesuita en Caracas, con estudios en Estados Unidos, a Vargas se le suele asociar, comprensible pero erróneamente, con la llamada boliburguesía, la clase empresarial nacida durante la Revolución al cobijo de los grandes contratos con el Estado chavista. Ya en 1982 fundó con su pariente político, Juan Santaella, el Banco Barinas, una marca desaparecida durante la crisis de 1994. Pero sus maneras ostentosas y la escala de sus inversiones corresponden a la perfección con el perfil de los muy bien conectados con el poder revolucionario.

En 2014 se desposó por segunda vez, con una venezolana 30 años más joven. Apasionado del polo, patrocina el equipo Lechuzas Caracas; en la escuadra recluta a jugadores y tiene alrededor de 60 animales, que moviliza para cumplir con las temporadas de ese deporte en EE UU, Inglaterra, España y República Dominicana. La llegada de su yate Allegro, de 60 metros de eslora, siempre produce alborozo en Sotogrande. Piloto de jets y helicópteros, su nombre, así como los de algunas empresas propias y allegadas, aparecen en la Lista Falciani —que contiene miles de nombres de potenciales evasores fiscales—.

Con todo, no tuvo empacho en definirse alguna vez ante el diario The Wall Street Journal como “un socialista en el verdadero sentido de la palabra”.

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