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Los últimos vestigios del terrible pasado de Túnez

Dos periodistas son procesados por informar sobre temas relacionados con el Ejército

Las Fuerzas de Seguridad custodian el Palacio de Congresos de Túnez, sede de la conferencia Tunisia 2020.
Las Fuerzas de Seguridad custodian el Palacio de Congresos de Túnez, sede de la conferencia Tunisia 2020.FETHI BELAID (AFP PHOTO)

Durante la reciente conferencia internacional Tunisia 2020, los mandatarios tunecinos no se cansaron de presumir de ser la única “democracia del mundo árabe”. Si bien es cierto que la transición institucional ya ha culminado, ello no evita que, de vez en cuando, reaparezcan vestigios de un terrible pasado como si fueran una pesadilla. Esta es la sensación que han experimentado los periodistas Rached Khiari y Kamel Arfaoui, ambos procesados por un tribunal castrense por el simple hecho de criticar a las Fuerzas Armadas, según ha informado la oficina de la ONG Human Rights Watch (HRW) en Túnez. Si el propio procesamiento ya resulta de por sí sorprendente, una vez se analizan las palabras de los reporteros el asunto se convierte en surrealista. Khiari fue incriminado por referirse en un debate organizado por un programa de televisión a una primicia desvelada por el diario The Washington Post,según la cual el Gobierno tunecino habría firmado un acuerdo con EE UU que permite a este contar con una base de drones en el país magrebí.

En el caso de Arfaoui, publicó el 30 de julio un artículo en el que censuraba la falta de investigación de las autoridades en el siniestro de un avión militar que provocó la muerte de dos oficiales. Ambos reporteros se enfrentan a una condena de cárcel de hasta tres años por los cargos de ofensas a la dignidad, reputación o moral del Ejército, un delito tipificado en el artículo 91 del código de la justicia militar. Khiari, además, también está acusado de “dañar la defensa nacional”, delito castigado con la pena de muerte.

“En lugar de silenciar a los críticos, las autoridades deberían modificar las leyes adoptadas durante tiempos más represivos que criminalizan las críticas a instituciones o figuras públicas”, ha instado la máxima responsable de HRW en Túnez, Amna Guellali, que recuerda otros casos en los últimos años, como el del bloguero Yassine Ayari, condenado a tres años de prisión a finales de 2014 por un tribunal castrense.

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