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el médico de mi hij@
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Clásicos de la piscina: papilomas, verrugas y moluscos

Los virus que conviven con nosotros se activan cuando tienen un medio adecuado y cómodo para ellos: calor y humedad

Doctor observa la verruga de una niña en el pie.
Doctor observa la verruga de una niña en el pie. cordon

No es raro que, en nuestro tiempo, cosas que siempre fueron normales se transformen de repente en un grave problema. Vivimos situaciones donde la ociosidad y el hedonismo producido por el consumo hiperactivo y el tener demasiadas cosas cubiertas, lleva a una sociedad acomodada a preocuparse por asuntos banales dándoles una importancia exagerada. La estética predomina en nuestro día a día, modas y costumbres toman la rienda de nuestras decisiones alejándonos de la más mínima crítica. Se impone lo gregario, sin valorar de verdad nuestro gusto personal, si es que algo queda de eso.

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La infancia no podía ser menos y la salud también sigue los pasos de la moda y la estética. Los mocos infantiles son una consulta habitual y predominante en los servicios de salud desde hace una o dos generaciones, nunca antes lo fueron. La salud ha pasado de ser un hábito dentro de las familias que ocupaban parte de su tiempo, curando pequeñas heridas, atendiendo con cuidados los procesos febriles de los niños o valorando en su justo punto la educación y prevención de la prole. Ahora estos cuidados familiares, se han trasladado al profesional que todo lo sabe y se delegan en él las decisiones para no equivocarnos jamás. No tomamos la iniciativa para no cagarla, que sea el especialista correspondiente el que se equivoque, que ya le pondremos la denuncia correspondiente si la lía.

Mocos, heridas, trastornos digestivos se han convertido en consultas habituales en pediatría. Hoy quería añadir otro motivo frecuente del quehacer diario, las verrugas.

De pequeños, todos, unos más que otros, sufrimos o sufrirán de verrugas en sus más variadas formas, verrugas simples en las manos; verrugas en la planta del pie, lo que llamamos familiarmente papilomas; y los moluscos, despectivo nombre para unas verrugitas perladas que aparecen en los niños sobre todo atópicos o con problemas de piel.

Las verrugas son crecimientos de la piel, siempre benignos, y que suponen en su gran mayoría nada más que un problema estético. Se activan los virus que conviven con nosotros cuando tienen un medio adecuado y cómodo para ellos: calor y humedad. ¿Os da una pista de donde se pueden activar? Eso es, en la playa, en la piscina de invierno en el colegio y en esos niños hiperabrigados siempre sudorosos, no sea que se vayan a enfriar.

Traje reglamentario para disfrutar de la piscina
Traje reglamentario para disfrutar de la piscina

Las verrugas suelen tener un periodo de vida limitado como todos los virus y al cabo de unos meses o un año desaparecen solos tal como llegaron. Nuestro sistema inmune poco a poco los elimina con paciencia y con tenacidad no dejando rastro de ellos en la piel, ni cicatrices, ni restos de ningún tipo. Son un problema estético, no nos gusta ver a nadie con una verruga de bruja en la punta de la nariz, hay que eliminarla como sea.

En contra de lo que se piensa, no son muy contagiosas, o al menos no de unos a otros, hace falta que haya un roce muy continuado y la piel del receptor no esté integra, que tenga alguna herida o esté inflamada por una dermatitis atópica. Los virus no viven en el agua de la piscina, ni en los lavapiés o duchas, viven con nosotros y, como vimos antes, cuando están cómodos se activan, calor y humedad. Rascarse verrugas o herirlas sí que puede hacer que a través de las uñas reinfectemos en otras partes de nuestro cuerpo, muy raro a los demás. Sabido también el tópico de que quitar una verruga hace que salgan varias, alrededor.

Está tan extendido lo de que las piscinas son la culpa de verrugas, moluscos y hongos que la dirección tiene que tomar una drástica decisión para preservar el buen nombre de la entidad: NO entra ningún niño con estigmas, todo debe ser pureza y belleza en una piscina, no se admite al diferente. Y si quiere entrar deberá hacerlo tapado

El desgraciado niño que ya sufre habitualmente el picor de su piel, con enrojecimientos que le avergüenzan, que debe llevar su aerosol de ventolin en la mochila para poder limitar su fatiga respiratoria, expulsado del colegio varias veces por tener piojos, ahora además será excluido de la piscina, di que como el agua clorada le picaba un montón casi agradece que no le dejen meterse al agua. Debido a la importancia de la actividad los padres le pondrán un traje de neopreno para que no viéndose los verdugones la dirección del centro al explorarles y examinar milímetro a milímetro su piel expuesta, no vean ningún foco infeccioso preocupante y que otros padres puedan achacar a la entidad responsabilidad alguna. El traje de buzo funciona a modo de etiqueta ante los compañeros que intuirán que bajo ese traje de rayas hay un diferente.

Ante este apocalipsis la solución está en consultar con el dermatólogo a toda costa, a través del pediatra del seguro o con un dermatólogo privado directamente, por no oírle porque seguro que no me quiere mandar.

¿Cómo prevenir?

Mantener seca la piel, evitar irritaciones de la piel tratando adecuadamente la atopia, evitar el rascado cuando ya hay alguna lesión, evitar el sudor de la piel y siempre lavarse las manos con frecuencia que todas las infecciones vienen por ahí.

¿Cómo curar?

Ayer mientras repasaba para documentar este artículo llegué a peregrinos tratamientos que me producían risa y susto, tratamientos documentados como escribir en un papel el número de verrugas y quemarlo repitiendo la acción durante tres noches. El ajo tiene mucho predicamento en varias pócimas y preparados o en crudo con diferentes rituales, bicarbonato sódico y como no el aloe y el árbol de té que valen para todo también aparecen incluso con sesudos estudios.

¿Qué se hace en nuestro medio si decidimos pasar al ataque?

Las verrugas simples se queman con calor con el bisturí eléctrico, con frío con el nitrógeno líquido o químicamente con el nitrato de plata, todos ellos deben hacerse con cuidado y conocimiento porque son dolorosos y pueden dejar heridas y cicatrices más feas que la verruga en sí misma, así que lo más sencillo y a mano son los líquidos o vaselinas saliciladas como el antiverrugas de toda la vida, que además se puede hacer en casa con paciencia y siempre funciona.

El papiloma del pie no deja de ser una verruga y se aplican los mismos tratamientos del párrafo anterior. Aquí sí quiero decir que pueden ser dolorosos y si salen en zona de apoyo plantar puede hacer que el niño cojee o pise de lado para evitarlo creando un problema en la rodilla o en la cadera, así que en este caso sí tendremos que actuar y eliminarlos con el líquido antiverrugas y con paciencia en casa.

De los moluscos sabemos que desaparecen solos en unos meses sin dejar rastro, pero si deseamos pasar a la acción el medio es arrancarlos, bien con cureta (cuchilla) o con las uñas de mamá, limpiar bien la zona con algún desinfectante adecuado para que no se extiendan. Este proceso es muy doloroso y habrá que repetirlo durante meses hasta que pasado un tiempo dejan de aparecer. Hay cremas anestésicas, hay que tener cuidado en su uso porque no son inocuas y no son efectivas al 100%, sigue doliendo y mucho. Una alternativa en los últimos años son unos líquidos que venden en farmacia que dicen eliminarlos, pero en mi corta experiencia con ellos, hay más sombras que luces. Veremos.

 Jesús Martínez es pediatra, autor del libro y del blog El médico de mi hij@ y director médico de Mamicenter.

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