“El 30% de las personas que roncan son ‘Predators”
BLANCA CONVENCIÓ a su marido, Jose, para que fuera al médico a tratarse el problema de los ronquidos. “No pegaba ojo por su culpa, hacía un ruido insoportable”, dice. Tras realizarle algunas pruebas, el doctor confirmó que Jose no era humano sino predator. “Es un caso muy común y el ruido que hacen es normal en ellos”, explica Blanca.
¿Cómo es eso de vivir con un predator? Por fuera ni se nota porque su aspecto es humanoide. Eso sí: el mal genio que tienen no es normal. Y luego está, por supuesto, lo de los ronquidos.
Habrá tenido que estudiar a fondo las características de los predators para entender a su marido… Claro. Yo ni siquiera había visto la película Alien versus Predator, me sonaba todo a chino. Ahora soy experta.
Jose tiene un amigo que es médico otorrino y gracias a él supimos que no ronca, que el ruido lo hace porque es un predator.
Fueron a varios médicos y solo el último acertó con el diagnóstico. Todos decían que era un tema de vías respiratorias, lo ponían a dieta y le hacían dormir con un aparato de oxígeno para las apneas. Pero mi esposo no soportaba el trasto ese y no lo usaba. Pobrecito, yo me ponía furiosa con él.
Hasta que fueron a la consulta de un amigo de su esposo. Sí. Resulta que Jose tiene un amigo que es médico otorrino y gracias a él supimos que no ronca, que el ruido lo hace porque es un predator.
Le costaría asimilarlo. A mí sí, porque además sigo sin poder dormir. A él le pareció estupendo porque se libraba de ponerse el aparato de los ronquidos, y además yo dejé de atosigarle para no pecar de racista.
Es como es y no puede cambiar. No se le puede regañar por los ruidos que hace al comer la sopa y, por supuesto, debo ser comprensiva cuando está en celo.
Tiene periodo de celo. Está continuamente mirando a las mujeres, es un salido. Pero es que los predators son así. Siempre pensando a ver dónde pueden meter los huevos. Es su naturaleza alienígena, y yo me casé con uno de ellos y ahora tengo que apechugar.
Su caso no es el único. En absoluto. A principios de los sesenta empezaron a llegar predators a España a mansalva, la inmigración no estaba tan regulada. Me dijo el doctor que el 30% de las personas que decimos que roncan en realidad son predators como Jose, cazadores de trofeos humanos con enormes mandíbulas cruciformes.
¿Cazadores de trofeos dice? Nada grave, con que gane el Madrid, mi marido se conforma. No es violento. Mientras gane el Madrid, insisto.
¿La familia de su marido también vive en la Tierra? Por desgracia, sí. Cuando me enteré de que mi suegra era un predator, le aseguro que no me extrañó lo más mínimo. Con razón no nos llevamos bien, somos de planetas distintos.
Tienen dos hijos. Entiendo que mestizos. Mi hijo Sergio es clavado a su padre. Por eso saca las notas que saca en el colegio. Mi hija Sonia es humana, en eso es más como yo.
¿Algún consejo para las personas que comparten su situación? Lo que pido es que el Gobierno haga obligatoria la prueba del predator. Un diagnóstico temprano ayudaría a muchas familias. Y a los que se enamoren de uno de ellos, buena suerte y muchísima paciencia porque son una raza aparte.
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