Sin resultados negativos, solo mentiras

Antes de que los grandes científicos, mujeres y hombres, nos regalaran el resultado de sus investigaciones, se equivocaron muchas, muchísimas veces. Si esas mentes se hubieran rodeado de equipos de trabajo que buscan la rentabilidad inmediata, no tendríamos vacunas ni teoría de la relatividad ni teléfonos. Parémonos a pensar por qué en los centros educativos el ambiente general invita a no poner resultados negativos en la evaluación de los alumnos. Los padres no educan a sus hijos en la posibilidad de equivocarse, el exceso de protección les impide caerse, así que no tienen que levantarse. Los docentes temen transmitir calificaciones negativas porque la presión desde arriba pide porcentajes elevados de aprobados. Interesa la cantidad y no la calidad. Claro que es agradable leer noticias sobre alto índice de aprobados en un centro y bajo abandono escolar, pero si fuera verdad. Es muy sospechoso que en un centro educativo, en un aula, en una materia, todo sean resultados positivos con la variedad que define cada uno de esos espacios. Si para tener resultados positivos tenemos que bajar el nivel y exigir mucho menos de lo que pueden dar según sus capacidades, no tendremos nunca más Einstein ni Marie Curie. Sin resultados negativos creeremos que todo sale bien a la primera y eso casi nunca sucede.— Rosa Santa Daría. Las Palmas.