La curiosa relación entre los gritos y el tamaño de los testículos que no gustará a su jefe
Cuanto más potente es el aullido de un primate, más pequeñas son sus partes nobles. ¿Puede extrapolarse a humanos?
Según un estudio realizado con primates, cuanto más potente es el grito de los monos aulladores, de menor tamaño son sus testículos. “Esto puede ser debido —explica Jacob Dunn, uno de los autores de la investigación, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido)— a que un grito muy profundo puede mantener alejados a otros machos sin necesidad de grandes atributos. Lo más probable es que hayan evolucionado su rugido para evitar interacciones físicas directas”.
“En términos evolutivos, todos los machos se esfuerzan por tener tantas crías como sea posible, pero cuando se trata de la reproducción no se puede tener todo”, añade Dunn. “Es la compensación evolutiva: una especie se ve obligada a compensar en exceso el desarrollo de un rasgo en detrimento de otro. En la naturaleza, las características físicas grandes y ornamentadas, como la cola del pavo real o astas de venado, a menudo resultan de características reproductivas comprometidas".
No se puede tener todo
Fernando Casares, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, CSIC, Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), lo explica así: “Lo que el artículo viene a decir es que los machos tienen dos estrategias. Bien garantizan ser los únicos (pocos espermatozoides, pero ellos y solo ellos fecundarán los óvulos de las hembras), alejando a otros machos; bien, si las hembras copulan con más de un macho, los espermatozoides que van a ganar la carrera para fecundar el óvulo serán aquellos que estén en mayoría, y de ahí el tamaño mayor de los testículos, que son los órganos productores de espermatozoides. En el primer caso, los machos tienen que alejar a otros machos competidores; es lo que les ocurre a los monos aulladores con sus gritos amenazadores. Para hacerlo, han desarrollando un aparato fonador descomunal. Pero en la economía de la naturaleza nada es gratis, y hacer laringes enormes y testículos voluminosos a la vez es posible que sea demasiado caro. Por tanto, o asustas a los competidores, con un vozarrón de espanto, y garantizas que tus espermatozoides sean los únicos o ganas la carrera al óvulo produciendo más que nadie”.
El precio de la evolución
Esta evolución de compromiso entre la inversión vocal y la producción de esperma se ve específicamente en el mono aullador, pero ¿podría sugerir que los gritos a menudo sin sentido de algunos hombres se deban a una compensación por tener testículos pequeños y menos capacidad reproductiva? Si fuera así, esta no sería la primera vez que los testículos han sufrido como consecuencia de una compensación evolutiva. En un estudio de 2013, los investigadores del Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer en Oxford (Reino Unido), teorizan sobre una variante genética que aumenta el riesgo de cáncer testicular que puede deberse a haber sido favorecido por la evolución en pos de su capacidad para ayudar a proteger a las personas con piel clara de los rayos dañinos del sol. El gen se encuentra en alrededor del 80% de los hombres blancos, pero solo el 24% de los varones de origen africano; un hallazgo que podría ayudar a explicar por qué el cáncer testicular es más común en los hombres de raza blanca que negra.
"En la economía de la naturaleza nada es gratis, y hacer laringes enormes y testículos voluminosos a la vez es posible que sea demasiado caro". —Fernando Casares, biólogo
Pero para Fernando Casares, "Este fenómeno de trade-off (compensación) es bien conocido en otros órganos en otras especies, pero dudo que en este caso pueda aplicarse a los humanos. Aunque haya hombres que vociferan, no me queda claro cuáles son los mecanismos que, durante la evolución, han aparecido para aumentar la eficiencia en la carrera hacia el óvulo, ni si esos mecanismos se han desarrollado a expensas de otras cosas".
“Extrapolar estos datos a los humanos no creo que sea posible —dice Antoni Barbadilla, Profesor Titular e Investigador de genómica evolutiva del Departament de Genètica i Microbiologia y del Institut de Biotecnologia i Biomedicina de la Universidad Autònoma de Barcelona (UAB)—, en primer lugar, porque el estudio compara distintas especies de primates, algo que no se da en los humanos, podemos ser diferentes unos de otros, pero todos de la misma especie, es más, evolutivamente muy alejada de los monos aulladores, ya que a quien más nos aproximamos es a los chimpancés primero y a los gorilas después. Los gorilas tienen un tamaño relativo menor de los testículos y los chimpancés mayor que los humanos. Sin embargo los humanos tienen una mayor longitud de pene que gorilas y chimpancés”.
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