Música para la nariz

INNUMERABLES MELODÍAS melodías nacen de un número de notas limitado. He aquí uno de los misterios más sublimes de la existencia, el de la música, en cuyo espejo ambos ven reflejada su labor como perfumistas. Tándem a cargo de la nueva fragancia femenina de la firma Zadig & Voltaire, This Is Her!, Michel Almairac y Sidonie Lancesseur saben que su trabajo trasciende la mera acumulación de conocimientos. “Aunque creo que, más que un artista”, dice él, “una nariz es un artesano. Alguien que, eso sí, necesita de un talento especial”.

Para este perfume, dulce y ligero, evocaron las notas olfativas del rock con un acorde de crema de castaña.

El suyo está sobradamente comprobado. Creador de decenas de aromas en sus más de 40 años de carrera –­de Casmir de Chopard a Eau de Parfum de Chloé–, este francés originario de Grasse (1953) se ha erigido en uno de los profesionales más destacados del panorama internacional. Lancesseur, casi 30 años más joven (París, 1980), lleva ya una década en el oficio. Los dos trabajan para Robertet, empresa radicada en la ciudad natal de Almairac, centro global de la industria de las fragancias. Allí, en un entorno que combina la sabiduría de la tradición con las ventajas de las últimas tecnologías, aseguran contar “con total libertad” para alcanzar con cada poción que destilan el resultado al que aspiran.

“Es al llegar a un acuerdo cuando podemos superar un reto difícil”, apunta Almairac sobre su método colaborativo, que varía en función del proyecto: a veces se da en solitario; otras, acompañado. En esta ocasión, su creación se complementa además con la de otra pareja, Nathalie Lorson y Aurélien Guichard, que firman This Is Him!, la contraparte masculina de su propuesta. “A veces llegas a un punto de saturación y es bueno poderle pasar el relevo a otra persona”, ilustra ella. Para este perfume, dulce y ligero, evocaron las notas olfativas del rock con un acorde de crema de castaña. Buscaban concebir un aroma capaz de sintetizar el espíritu de la marca, cosmopolita y urbano. “Imaginé un grupo tocando un tema frenético en un apartamento parisiense”, relata Almairac sobre su inspiración, siempre con la magia de la música como faro. Una coyuntura que, asegura, “a menudo es la parte más excitante de este trabajo”.