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Perdida la señal de la nave de Exomars, la misión europea en Marte

La Agencia Espacial Europea dejó de tener contacto con el módulo 'Schiaparelli' poco antes del aterrizaje. Mañana explicarán lo que ha sucedido

Reconstrucción del 'Schiaparelli' durante su aterrizaje.Vídeo: ESA
Nuño Domínguez

Sin noticias de la nave europea en Marte. La Agencia Espacial Europea no ha podido confirmar hoy que el módulo Schiaparelli haya aterrizado con éxito en el planeta, aunque las sensaciones no son buenas.

La señal de la sonda, que pretendía realizar el primer aterrizaje europeo en Marte, "se ha parado justo antes del aterrizaje, claramente no son buenas señales, pero debemos aún confirmar qué ha sucedido", ha dicho a última hora de esta tarde Paolo Ferri, director  de operaciones de la ESA. Visiblemente abatido, Ferri ha añadido que los ingenieros de la ESA trabajarán "toda la noche" para analizar los nuevos datos que esperan recibir a lo largo de esta noche. "Esta era una misión de prueba, y como tal queremos saber qué ha sucedido", ha señalado Ferri.

El objetivo principal del módulo Schiaparelli era probar las tecnologías de aterrizaje necesarias para llegar a Marte con un vehículo de exploración móvil en 2021

La llegada de Schiaparelli a Marte ha sido una tensa espera de horas. La primera señal de confirmación se esperaba captar con el radiotelescopio GMRT en Pune, India. De hecho esta red de telescopios ha captado varias señales de la Schiaparelli en su descenso, pero después se ha perdido la comunicación justo antes de aterrizar.

La sonda europea Mars Express, que lleva orbitando Marte desde 2003, ofrecía la segunda posibilidad de comunicación a su paso sobre la zona de aterrizaje. Sus antenas recibieron correctamente la transmisión con todo el paquete de datos grabados por el Schiaparelli durante su descenso y estos llegaron correctamente a la antena de la ESA en Cebreros, Ávila. Pero tras un análisis de esos datos, los ingenieros de la ESA en el Centro de Control de la ESA en Darmstadt (Alemania), resultaron "inconcluyentes" y no pudieron confirmar si el módulo había aterrizado sano y salvo. "Hay datos de que el paracaídas se ha desplegado, pero no se sabe más", ha explicado a Materia Alejandro Cardesín, ingeniero de la misión ExoMars.

La ESA confiaba en una tercera ocasión al paso de la sonda de la Nasa MRO, pero tampoco estos datos parecen haber servido para confirmar qué suerte ha corrido la sonda. Se espera que haya más datos disponibles mañana a las 10.00 de la mañana, cuando la ESA espera ofrecer una rueda de prensa.

El Orbitador de Gases Traza (TGO), la otra parte de ExoMars 2016, sí se ha insertado en su órbita marciana de forma correcta.

El Orbitador de Gases

Europa perseguía con esta misión uno de sus mayores logros en la exploración planetaria y resarcirse del fracaso del Beagle 2, que se perdió en 2003 sin que se supiera más de él hasta el año pasado. Hasta ahora solo EE UU había conseguido aterrizar con éxito en este planeta.

El orbitador es el verdadero protagonista de esta misión 

ExoMars es una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y la rusa, Roscosmos, para buscar vida en Marte. El objetivo principal del módulo Schiaparelli era probar las tecnologías de aterrizaje necesarias para llegar a Marte con un vehículo de exploración móvil en 2021.

Desde su concepción en 2001, ExoMars ha sufrido importantes retrasos (el rover estaba previsto para 2018) en parte por el abandono de EE UU. La ESA consiguió salvar la misión gracias a la actual alianza con la agencia espacial rusa. Esta fase inicial de ExoMars es el preludio de una carrera entre potencias espaciales consagradas y emergentes, pues tanto EE UU como China también planean enviar rovers al planeta en 2020.

El gas de la vida

La atmósfera de Marte es 100 veces más fina que la de la Tierra, con lo que resulta mucho más complicado frenar por el rozamiento con el aire. El vehículo europeo se esperaba que tocara tierra en el Meridiani Planum, una zona relativamente llana y de poca elevación, ideal para un aterrizaje seguro.

Esta zona está situada en las tierras ecuatoriales del planeta rojo, donde aún hay rocas y sedimentos que estuvieron donde, hace miles de millones de años, hubo un gran océano y, posiblemente, vida. El futuro rover, que será el primer vehículo móvil de Europa en el planeta, también explorará la zona del ecuador de Marte.

Mientras Schiaparelli descendía al planeta rojo, su compañero de misión, el TGO, ha realizado una maniobra de más de dos horas con sus propulsores encendidos a máxima potencia para reducir su velocidad de aproximación a Marte y quedar atraído por la gravedad del planeta. Las restricciones de peso han obligado a hacer esta misión con el mínimo combustible posible, así que, a partir de ahora, el orbitador frenará por el rozamiento con la fina cubierta de gases que rodea al planeta hasta quedar en una órbita circular de unos 400 kilómetros de altura, lo que no conseguirá hasta finales del próximo año.

El TGO es el verdadero protagonista de esta primera misión a Marte. Entre sus objetivos está buscar las fuentes del misterioso metano de Marte, posiblemente asociadas a formas de vida. Uno de sus instrumentos, Nomad, desarrollado por científicos españoles y belgas, permitiría hacer un mapa global de este gas en el planeta a lo largo de todo el año. Otro de sus instrumentos localizaría los depósitos de agua helada que hay bajo la superficie del planeta. Toda esa información sería fundamental para desembarcar con el futuro rover, que estará equipado con un taladro para perforar a dos metros de profundidad, donde es más probable encontrar rastros de seres vivos.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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