Río de Janeiro, deporte en el Edén
EN LOS sesenta estaba prohibido jugar al fútbol en las playas de Río de Janeiro. Para burlar la norma, a Octávio Moraes, exjugador del Botafogo, se le ocurrió dar patadas al balón en un campo de vóley-playa cerca de Copacabana. Así, mientras los pubs de la zona vibraban con las canciones de Tom Jobim, unos jóvenes desafiaban a la policía creando una nueva modalidad deportiva: el futvóley. Es lo que tiene la cidade maravilhosa, bañada por una veintena de playas y rodeada de selva tropical, que invita al carioca a practicar (o a inventar) cualquier deporte al aire libre. Surfear las olas de Arpoador, recorrer en bici los senderos del parque de la Tijuca, escalar sus cerros, nadar en sus frías aguas o hacer pesas frente al mar son algunas de las aficiones más arraigadas en la urbe brasileña. Hoy Río clausura sus primeros Juegos Olímpicos, pero mañana seguirá celebrándose el festival diario de cuerpos esculturales en este rincón del paraíso. | Por María Hervás
pulsa en la fotoDos corredoras cruzan el paseo marítimo de Ipanema durante el medio maratón de Río de Janeiro.Thomas Canet
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