Las grosellas son para el verano
TIERRAS ALTAS, tierras frías, cepas que miran al Norte. Son tierras de arcilla ideales, con el clima y los cuidados de Alfredo Maestro para las garnachas. Este rosado es especial, todos los rosados con alma lo son: confieso mi devoción por ellos. Y los reivindico para cualquier ocasión del año, del día y de la mesa: solo hay que saber encontrar su momento. El de Amanda 2015 está lleno de texturas: raso rojizo y suave, fresco y amable. Lo estrujas y cruje. En la mano, las uvas; en la garganta, el vino: la acidez de la primera picota y el vermú de los niños, con sirope de grosella y agua del sifón. En la nariz, asoman las golosinas de frambuesa, los dulces con ajonjolí y un recuerdo de madera que se mueve entre el sarmiento y el corazón del granado. Elegante y terso, este rosado de garnacha tintorera merece las atenciones de cualquier gran vino.
Amanda 2015
Ficha técnica:
Bodegas y Viñedos Maestro Tejero. Peñafiel (Valladolid). Vinos de la Tierra de Castilla y León. 13,5% de alcohol. El viñedo de esta garnacha tintorera (en Olmos de Peñafiel, de 1953) está a 850 metros sobre el nivel del mar. La uva se despalilla y estruja sin maceración. Fermenta de forma espontánea, sin maloláctica. No se estabiliza ni se filtra. Su limpidez es natural. 10,90 euros.
Sensaciones:
Recuerda a las golosinas y a la amabilidad de quien nos las compraba cuando éramos niños. Remite a las chucherías convertidas en nube: tíñanse del rojo amanecer y de frescura. Así es Amanda 2015.
A través del cristal:
Sobre una bandeja de madera y base de cerámica, ambas de Habitat, vasos Coupe Effect y Coupe Crystal Clear, de Zalto.
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