La mucosidad que segrega el camaleón para cazar es 400 veces más viscosa que la saliva
Un estudio revela que la fuerte viscosidad de la lengua del camaleón es lo que permite una captura eficaz de sus presas
Una nueva investigación arroja luz sobre los mecanismos empleados por los camaleones a la hora de capturar a sus presas. Este animal se alimenta de una amplia variedad de animales vertebrados e invertebrados, desde hormigas hasta langostas, grillos o lagartijas. Durante su rutina de caza, permanece escondido e inmóvil a la espera de detectar una presa activa dentro de su rango de ataque. Una vez detectado un objetivo, lanza su lengua a modo de proyectil, y puede alcanzar distancias equivalentes hasta a dos veces su propio cuerpo. Cuando la lengua está en contacto con la presa, se inicia un movimiento de retracción muy rápido, de nuevo hacia la boca, según el estudio, publicado en Nature Physics.
El estudio ha demostrado también las intensas propiedades adhesivas de la mucosidad del camaleón, que sirven para explicar cómo se vinculan la lengua y la presa. La sustancia mucosa que segrega su lengua es aproximadamente 400 veces más viscosa que la saliva, y sus propiedades adhesivas son suficientes para asegurar la captura. Este fluido se genera en las glándulas de la lengua, en muy pequeñas cantidades. Además, los investigadores han elaborado un modelo dinámico para explicar cómo se aprovecha esa viscosidad en la captura de sus presas, y el mecanismo que este emplea ha sido contrastado con observaciones del comportamiento de diferentes especies.
Este fluido se genera en las glándulas de la lengua, en muy pequeñas cantidades
La capacidad del camaleón de lanzar su lengua a una velocidad tan acelerada ya había sido examinada y estudiada, aunque las dinámicas de captura y el mecanismo por el que se adherían fuertemente la lengua y la presa todavía suscitaban dudas. Para que la captura sea efectiva, hace falta además una muy fuerte adherencia del objetivo a la lengua durante el proceso en el que esta vuelve a la boca del camaleón, lo cual parece evidente si se tiene en cuenta que estos animales son capaces de cazar presas de hasta un tercio de su propio peso corporal.
Hasta ahora se habían propuesto diversas fórmulas que explicaran cómo se adhiere la lengua del camaleón a aquello que cazan que implicaban la succión o la generación de una red tridimensional formada por la unión de cadenas de polímeros homogéneas mediante el proceso conocido como reticulación.
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