Generalitat y moralidad
Siempre se ha dicho que es muy fácil ver la paja en el ojo ajeno pero difícil ver la viga en el propio. Ejemplo de ello es el borrador de la Constitución Catalana presentado ante el Parlament, cuyo texto, dentro de su articulado, a la hora de hacer mención a las lenguas oficiales del territorio omite dicho reconocimiento a la lengua castellana, otorgando tal estatus únicamente a la lengua catalana y al aranés. En el documento borrador se remite al castellano solamente en relación al derecho de uso a proteger. Pues bien, este hecho contrasta con las acusaciones vertidas contra el Gobierno español por el supuesto ataque que está padeciendo la lengua catalana por parte de la gestión del Ejecutivo nacional. Ante tales proposiciones y la recepción oficial del documento, la Generalitat catalana demuestra cualquier cosa menos autoridad moral para protestar contra agravios lingüísticos.— Álvaro Castillo Palomino. Palma de Mallorca.
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